Lágrimas

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La tranquilidad se progaba por muchas partes de Mondstadt, era de madrugada, por lo que muchos ciudadanos andaban descansando después de un largo día, la luna brillaba con tranquilidad, así como las estrellas, parecía que iba a ser una noche como cualquiera otra, nada nuevo de lo que podría hablar.

Claro, sería para ellos, ya que cierto peliverde y compañía andaban yendo hacia el escondite de los Fatui, había algunos asuntos qué zanjar con ellos.

Izuku tenía el rostro tapado con la máscara de su traje y su tapabocas, siendo difícil reconocerle, Aether traía una manta encima suyo qué traía una capucha para cubrir su rostro, por el lado del Diluc, él tenía puesto un antifaz, para finalizar, Paimon también portaba una.

El escuadrón ya estaba a las afueras de la ciudad, acercándose poco a poco a su destinatario, cada pisada hacia qué hubiera una ligera sensación de intriga por saber si de verdad estaría ahí su principal objetivo qué era recuperar la Lira Sagrada.

El césped crujía muy sutilmente a medida que iban acercándose al escondite, pero finalmente habían llegado, tras pasar un pequeño lago, así como unos árboles, al fondo vieron un pequeño hueco qué estaba rodeado por una espesa niebla qué era pequeña, pero si o si lo hacía lucir bastante sospechoso.

Aquí es.-la voz de Diluc resonó, rompiendo el silencio.

¿Están seguros que eso es un escondite? Luce muy pequeño...-Paimon habló, no muy segura.

Que no te deje engañar su apariencia, quizá por dentro sea totalmente distinto.-Aether respondió de forma serena, aunque algo seria.

Será mejor que nos preparemos, no sabremos lo que habrá adentro.-Izuku habló con seriedad.

Con eso dicho, todos se alistaron como pudieron y sin perder más tiempo, aprovechando la noche para que nadie escuchara lo que pasaría ahí, se adentraron en la niebla.
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Caminaron con cuidado, pero estando alerta de que no se toparan con algo, Izuku iba adelante, por lo que él iba más alerta, no fue hasta que se toparon con unas rocas qué bloqueaban el paso.

Genial, no hay camino...-Paimon habló con decepción.

Espera, ¿pueden oír eso?-Aether habló, para luego guardarlo silencio y señalar las rocas.

El sonido de unas maquinarias moverse resonó por el lugar, lo cuál fue más que suficiente para que supieron qué si estaban en el lugar correcto.

Hm... qué extraño, ¿por que habrían bloqueado el camino? Dudo que los Fatui muevan esas rocas a diario solo para poder entrar...-Diluc dijo, con una mano en su mentón, a la vez que denotaba una ligera confusión.

Lo averiguaremos.-Izuku afirmó, mientras apretaba su puño derecho y echaba el codo hacia atrás.

Todos retrocedieron un poco al ver lo que estaba por hacer.

Al otro lado de las rocas, había lo que parecía ser una puerta, o bueno, parecía porque en menos de lo esperado, la puerta había destrozada completamente, generando un estruendo qué resonó. Las rocas caían por doquier, así como una pequeña cortina se polvo se había generado, de entre todo el polvo, Izuku y compañía salieron para quedarse sorprendidos.

El lugar en general era enorme, parecía que esa pequeña cueva qué habían entrado era una fachada de las buenas para ocultar lo que había del otro lado.

No me extraña que su escondite sea bastante bueno.-Izuku dijo con sorpresa.

Al frente de los cuatro había lo que parecía ser un puente qué los llevaba más adentro del escondite, lucía un camino normal, el peliverde avanzó para luego ser detenido por Diluc.

Las Memorias Perdidas De Un Héroe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora