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Tras varios días en los que no habían conseguido un modo de llegar a Inazuma, finalmente habían podido encontrar un solo modo, y solo era cuestión de días para que sucediera, el trío pasó los últimos, disfrutando su estadía en Liyue lo máximo que se pudiera, explorando las últimas zonas del lugar, y conociendo una que otra persona en el transcurso.

Los días transcurrían más lentamente de lo habitual, una sensación palpable para Izuku y sus compañeros. Parecía como si el mundo o el destino insistieran en que se quedaran un tiempo más en Liyue. Habían desarrollado un afecto genuino por la ciudad, y siempre eran acogidos con calidez por sus habitantes. No pasó mucho tiempo antes de que la noticia de que los héroes se preparaban para embarcarse en su próxima aventura se difundiera. Aunque esta noticia entristeció a muchos, sabían que ahora había alguien en el mundo que velaría por su seguridad, ahora que su dios ya no estaba entre ellos.

En uno de esos tantos días, se les había informado al trío qué en aproximadamente tres días, estarían por desembarcar, la espera fue larga, pero en menos de lo esperado, ahora faltaba un día.

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La noche se extendía serena como siempre, con estrellas titilando intensamente en el cielo despejado. Izuku, con pasos ligeros, se dirigía hacia la Cámara de Jade. ¿La razón? Como solía hacerlo en sus momentos libres, iba a visitar a Ganyu y Keching para pasar el rato.

Aunque caminaba con calma, su cuerpo empezaba a experimentar una extraña sensación, como un cosquilleo en el estómago. Por alguna razón, esta noche parecía diferente; un presentimiento de que algo estaba a punto de suceder, algo que le infundía una mezcla de intriga.

Pronto llegaría a la plataforma qué lo llevaría a la Cámara, el pequeño viaje hacia la Cámara fue tranquila, a medida que la plataforma subía, podía ver todo Liyue, así como las montañas, y hasta incluso podía visualizar a la distancia el terreno de Mondstadt. Pronto sus ojos se centrarian en el vasto mar, allá, a varios kilómetros lo estaba aguardando una aventura llena de misterios, revelaciones, entre otras cosas, en tan solo unas horas el viaje iba a comenzar.

Con la esperanza anidada en su corazón, Izuku aguardaba con ansias su llegada a Inazuma. Sentía que Liyue, aunque fascinante, no había arrojado luz sobre sus recuerdos perdidos. Ahora, sus expectativas se centraban en los eventos que le deparaban en Inazuma, con la esperanza de que estos revelaran fragmentos que desbloquearan el misterioso rompecabezas de su vida antes de llegar a este mundo. El aire de anticipación se mezclaba con un toque intrigante, como si el destino estuviera a punto de revelar secretos ocultos.

Se había quedado divagando en sus pensamientos que ni siquiera se había dado cuenta de que había llegado ya a la Cámara. El joven parpadeo por unas veces para luego agitar un poco la cabeza y regresar en si para adentrarse al lugar.

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Al entrar, fue recibido de sorpresa por Ganyu y Keching quienes lo tomaron con la guardia baja.

¡Izuku!—dijeron ambas chicas, abrazando al joven por sorpresa.

¡C-chicas!—Izuku dijo con sorpresa para luego sonrojarse sutilmente.

Luego de aquél sorpresivo abrazo, ambas féminas dejaron a Izuku para luego sonreírle de una manera dulce y linda, algo que solo ellas hacían con el joven peliverde, algo que para él le era 'normal'.

Izuku vió sus alrededores y vió que todo estaba más callado de lo usual, parecía como si solo estuvieran solo ellos tres.

¿Y Ninguang?—Izuku preguntó curioso.

Las Memorias Perdidas De Un Héroe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora