23.

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Ernesto y Charo subieron la escalera de embarque besándose. 

No había vuelta que darle, lo había visto con mis propios ojos. Y los ojos de una no mienten.

A lo sumo una puede cerrarlos, pero para eso era demasiado tarde. Se me habían caído todas

las tostadas del lado de la manteca, y tenía que aceptarlo. Pero aunque Ernesto y Charo se

hubieran besado, como lo hicieron, en la escalera de embarque, yo no terminaba de armar el

resto de la historia. Porque alternativas había muchas y muy distintas. Me pasé todo ese día

evaluándolas, buscando datos que las confirmaran o errores que las descalificaran. Para mitad

de la tarde el embrollo que tenía en mi cabeza era tal, que las distintas alternativas se me

mezclaban y ya no sabía cuáles había descartado y cuáles seguían en carrera. Entonces se me

ocurrió hacer un cuadro sinóptico. En la escuela, cuando había que estudiar algo muy

complicado, yo me armaba un cuadrito sinóptico, con muchas flechas, muchas llaves, todo

bien chiquitito, bien ordenado, cosa que si no me ayudaba para clarificarme el pensamiento,

por lo menos me servía de machete. Yo nunca fui muy buena en el colegio. No me interesaba,

me la pasaba pensando en otras cosas. Al principio me hacía problema. Tenía miedo de que

me dijeran burra. Hasta que una tarde, yo estaría en quinto grado, me la pasé tratando de

acordarme los nombres de los distintos tipos de triángulos: equilátero, isósceles y escaleno. El

isósceles no me salía nunca. Yo me sentía una tarada, lo repetía y lo repetía y cuando cerraba

el cuaderno se me borraba. Como si tuviera una tara. Mamá me vio mal y me dijo: "Nena, no

te preocupes, que en la vida si hay algo que no te va a servir absolutamente para nada, es

saber lo que es un triángulo isósceles". Y tenía razón, a uno le enseñan tanta estupidez. A ver

si el isósceles me iba a arreglar el problema con Tuya a mí. De esos triángulos nadie te

enseña, tenés que aprender sólita. Y cómo cuesta. Casi siempre te bochan. Aunque una piense

que salió victoriosa. Porque el día menos pensado, en vez de eliminar un lado del triángulo, te

das cuenta de que se agregó otro. Y el triángulo se trasformó en cuadrado. Como me pasó a

mí. Como le pasó a Alicia. 

 Y de esa geometría, nadie sabe un cuerno.

El cuadro sinóptico decía más o menos lo siguiente: 

Título: Probables situaciones entre Ernesto y Charo 

En un principio había escrito "probables relaciones entre Ernesto y Charo", pero la palabra

"relaciones" me irritaba. Descarté también vinculaciones, vínculos, conexiones, lazos,

ligamen, por diversos motivos varios. 

 Alternativa 1:

Todo lo que me dijo Ernesto hasta ahora es cierto, pero: 

—casualmente se encontró con Charo en el aeropuerto 

Tuya-Alicia PiñeiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora