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Fotocopias halladas en la casa de la familia Pereyra; a la fecha, no ha podido corroborarse la

fuente. Las mencionadas fotocopias fueron encontradas en el baúl del auto que habitualmente

usaba la señora Inés Pereyra, debajo de la rueda de auxilio. Las acotaciones en el margen y a

pie de página fueron incorporadas al texto transcripto a continuación, entre paréntesis, por

considerarse relevantes. Las cruces indican textos donde aparecen marcas que no pueden

traducirse pero que, evidentemente, indican un llamado de atención sobre el párrafo o frase en

cuestión.

Hay diversas formas de morir. (¡O de matar!) 

A diferencia de otras épocas, ya no es tan sencillo conseguir venenos efectivos y, por

atraparte, estas sustancias son muy fáciles de detectar con las actuales prácticas forenses. 

Las armas de fuego, si bien son cada día más accesibles al público, presentan una importante

complicación: es relativamente fácil, cuando así se quiere, relacionar el arma con el

asesinato, y aun con quien lo cometió. Por eso las armas de fuego son mayormente utilizadas

en agresiones planeadas con cierta premeditación. (XXXXXX) 

 Cuando se trata de agresiones no planeadas, en cambio, aparecen armas menos refinadas,

desde un simple cuchillo de cocina, hasta unas tijeras, o una navaja.

O, cualquier objeto lo suficientemente pesado como para provocar una herida grave, por

ejemplo, un martillo, un velador, un adorno. (XXXX Un tronco de madera. XXX)

La medicina forense califica de traumatismo a toda violencia ejercida sobre un organismo

humano. Cuando el traumatismo se produce por el choque de un cuerpo de superficie regular

o irregular, contra un cuerpo humano o animal, llamamos al mismo contusión. 

Una de las posibles formas medico legales de las contusiones son las heridas contusas, y

dentro de éstas, la caída y sus variedades. Los forenses sólo califican al hecho de caída, si el

sujeto se encontraba de pie o acostado. (De pie y empujando.) 

Cuando el sujeto cae desde una altura de hasta 50 metros se denomina defenestración, y de

más de 50 metros, precipitación. La caída, y éste es el punto más importante, es casi siempre

accidental. (XXXXXXXXXX) O por lo menos así la clasifica la medicina forense. En

cambio la defenestración y la precipitación pueden ser accidentales, homicidas o suicidas.

(Okey, esto fue caída.) 

Tuya-Alicia PiñeiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora