Ocho.

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—¡Hace frío, hija! —la mujer llamó tras ella. Amity se dio la vuelta, mirando la nieve bajo sus botas y arrugando la nariz.

—¡Pero yo quiero ir en trineo! —la niña pequeña protestó, dándose la vuelta y mirando hacia el cielo. Ella cogió un copo de nieve con la lengua y sonrió feliz a sí misma.

—¿Es tan obvio que ella nunca había visto nieve antes? —su madre se echó a reír y se volvió hacia su padre, que estaba tirando de sus propias botas.

Los padres de Amity estaban en el porche de su cabaña en el albergue de esquí. Amity estaba hasta las rodillas en la nieve a pocos pies de distancia de ellos.

—Necesitas una chaqueta, tonta —su madre se echó a reír, señalando a Amity uniéndose a ellos en el porche. Jadeando, la niña pequeña caminó a través de la nieve y saltó sobre los escalones de madera.

—Pero no tengo frío —Amity protestó otra vez, y una brisa rápida la hizo temblar. Su madre simplemente se rió e hizo pasar a la niña a la habitación.

—Vas a tener frío, confía en mí —se rió la mujer de cabello verdoso.

Ella agarró el abrigo amarillo en colores pastel de la percha en la puerta. Amity le permitió ayudarla a deslizarlo, moviendo sus brazos cuando ella se dio cuenta de que las mangas eran un poco largas.

—¿De dónde viene la nieve? —preguntó Amity, sentándose en el pequeño banco junto a la puerta y mirando con nostalgia por la ventana.

—Es sólo lluvia realmente fría —su madre se echó a reír y se arrodilló delante de la pequeña niña, alisándole el cabello y deslizando suavemente un beanie de color amarillo en la cabeza. Amity sonrió, tirando un poco hacia abajo y se giró a mirar su reflejo en la ventana.

—Al menos sabemos que no vamos a perderte —su padre se echó a reír cuando apareció en la puerta. Amity miró y se rió, juntando las manos.

—¿Podemos ir en trineo ahora? —preguntó suplicante, presionando sus palmas contra el vidrio frío.

—Lo que quieras, chica —su padre se rió y le revolvió el cabello. Amity suspiro en broma, alzando las manos a la cabeza para arreglar su beanie. Sus padres se rieron.

—¿Podemos llevar algo de nieve a casa? —preguntó la niña pequeña, saltando hacia afuera y pisoteando la nieve. Estaba fascinada por los copos blancos que caían lentamente desde el cielo.

—Toda se va a derretir en el calor de Florida —su madre sonrió.

Amity puso mala cara y saltó en un monte de nieve, ella rió cuando prácticamente se hundió hasta las rodillas en la nieve.

—¡Me atoré! —exclamó dramáticamente, cayendo hacia atrás y mirando hacia el cielo. Ella entrecerró los ojos, de repente siendo distraída por los copos que caían del cielo.

—¡Mira! —Amity señaló hacia arriba—. ¡Mira la nieve!

—¿Qué pasa con ella, hija?

—Es que es tan... hermosa —la niña exhaló, con la imagen por encima de ella.

—Mami, ven a acostarte y mirar hacia arriba —momentos después, a ella se unieron sus dos padres, recostados en la nieve junto a ella y mirando hacia el cielo.

—Tienes razón —su madre se echó a reír, alcanzando y limpiando la nieve de la cara de su hija.

—Esto es mucho mejor que la lluvia —Amity se rió, levantando sus manos sobre su cabeza y tratando de atrapar los copos de nieve en sus guantes—. Este es el mejor día de mi vida.

Blue [Lumity]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora