Blue [Lumity]

Siete.

Sí, al fin voy a actualizar esto. Una disculpa, andaba en mi Lover Era (todavía) pero ya tengo tiempo para volver a lo de antes. Así que disfruten el capítulo (no me linchen)

-Choko🍃

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—¿Estás lista, Mittens? —Gus llamó suavemente a la puerta del dormitorio. Amity tiró de su beanie en la cabeza y se dirigió hacia la puerta, abriéndola lentamente y sonriendo al ver al chico al otro lado.

—Lista —Amity asintió una vez—. ¿Luz estará aquí cuando volvamos?

—Ella regresa de clase en una hora —Gus abrió más la puerta y le indicó a Amity que lo siguiera. 

Amity tenía cita para su terapia semanal ese día.

—No me gusta ir —Amity confesó mientras seguía a Gus al coche. El chico levantó una ceja, asegurándose de que Amity se abrochara el cinturón de seguridad antes de salir a la calle.

—¿Por qué no? —preguntó Gus. Amity suspiró y sacudió la cabeza.

—Yo no la conozco —Amity colocó sus piernas hasta su pecho y miró por la ventana—. Ella no me conoce. Los extraños no son amigos.

—Entiendo lo que quieres decir —dijo Gus con honestidad—. Pero ella es un médico, al menos tienes que tratar de dejar que te ayude.

—¿Por qué necesito ayuda? —Amity levantó la cabeza y miró al chico. Ella no entendía porqué tenía que ir.

—No estoy seguro —Gus movió sus dedos sobre el volante—. Hay algunas cosas que tienes que trabajar, eso es todo. Todo el mundo tiene que trabajar en algunas cosas. Tú sólo necesitas un poco de ayuda extra.

—Pero no todo el mundo tiene que ir a hablar con un extraño —Amity suspiró. Esto hizo que se sintiera diferente. La hacía sentir estúpida. ¿Por qué era ella la única persona que necesitaba ayuda?

—Eso es mentira —Gus se encogió de hombros—. A veces tengo que ir después de clase y obtener ayuda de mi profesor. Es prácticamente lo mismo. Es sólo que necesito ayuda para las prácticas en escenario, y tú necesitas ayuda con tus emociones. No hay nada de qué avergonzarse.

Amity asintió lentamente. Lo que Gus estaba diciendo estaba empezando a tener sentido. Pero ella aún no podía dejar de lado el hecho de que se sentía diferente. Tampoco no de la buena clase de diferente. Era el tipo diferente que hacía que la gente se te quedara mirando cuando estabas en público.

Una vez que llegaron a la oficina del médico, Amity fue llevada de vuelta a la pequeña habitación. Se sentó en la misma silla roja en la que se había sentado en múltiples ocasiones. Había unas cuantas sillas diferentes en la habitación, pero ella eligió la roja porque era la más alejada del escritorio de la terapeuta.

—¿Cómo han estado las cosas en casa, Amity? —la mujer de cabello oscuro levantó la vista de su escritorio. Amity bajó la cabeza y jugó con sus manos nerviosamente.

—Bien —se encogió de hombros y tocó el beanie en su cabeza. 

Ella recordó que Luz se lo había dado. Era su beanie de la suerte. Mientras Amity lo llevara, ella podía hacer cualquier cosa.

—¿Qué has estado haciendo desde la última vez que nos vimos? —la mujer giró su lápiz contra su escritorio. El ruido hizo que la ansiedad de Amity aumentará.

—Fui a clase con Lulu —Amity recordó, sintiendo una pequeña sonrisa formándose en su rostro.

—¿No querrás decir Luz? —preguntó la mujer. Amity asintió.