산 20: Unas intuiciones erradas 산

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Jeonghan sentía el peso de cabeza de Seungkwan en su hombro izquierdo y el brazo de Jihoon contra su brazo derecho, tan apretados que apenas cabían.

Su mirada había estado puesta en la misma grieta del suelo por casi dos horas, empezaba a dolerle la espalda de tanto estar sentado y sentía que se iba a congelar por culpa de frío. Y ni hablar del hambre y la sed que tenía.

Minghao les había dicho que iban a salir de allí, que tenía un plan, pero que no sabía nada más. Jeonghan quería confiar, pero cada vez se le estaba haciendo más difícil. 

Y entonces paso algo que nadie se esperó, ni siquiera el propio Minghao. Comenzaron a llevarse a personas. Cada media hora, un guardia abría la puerta y agarraba a dos mujeres del brazo, a veces a algún joven.

Ya habían desaparecido más de treinta personas en las últimas horas y Jeonghan temía que en una de aquellas tandas, el guardia se acercara al rincón en el que estaban y agarrara a alguno de ellos para llevárselo.

Tenía agarrada la muñeca de Seungkwan con fuerza a pesar de que el chico dormía. Jihoon tenía sus brazos entrelazados a pesar de que no se conocían. Y Minghao dormía sobre sus piernas a pesar de que se acababan de conocer.

Jeonghan no quería que ninguno de ellos se fuera, se aferraría a ellos tanto como pudiera.


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Ocho en punto de la mañana y el grupo conformado por dos militares, un bastardo, un vigilante de calles y un banquero, llego por fin a su destino.

Vestidos con ropas normales y corrientes, mayoritariamente algo viejas y sucias, hicieron una pequeña fila para esperar a entrar y ser atendidos.

Cuando llego el momento de mostrar las identidades falsas, todos trataron de mantener posturas firmes y seguras, pero estaban temblando de miedo por dentro. Mingyu enseño su propia identidad, Soonyoung y Seungcheol debían fingir tener el doble de su edad, Chan era supuestamente su hijo adolescente, y Wonwoo tenía una identidad bastante acorde a su edad.

El guardia que los estaba atendiendo leyó las identificaciones y tras dar un par de miradas y hacer preguntas sencillas, los dejo pasar. Suspiraron de alivio al ser más fácil de lo que habían pensado.

- Tanto miedo para que nos dejaran pasar así de fácil.- comento Chan con sorpresa.

- Supongo que hay militares y guardias que no hacen muy bien su trabajo al ser un trabajo obligatorio y sin chance a negarse.- murmuro Wonwoo.- Pero eso ahora no importa, debemos preparar algunas cosas.

Llevaron los caballos a través de la ciudad tratando de no llamar mucho la atención y se detuvieron en un lugar que daba alojamiento. Pagaron por una noche y se apropiaron de una de las mesas al fondo del local.

Tras haber pedido algunas bebidas y haber hablado un rato sobre cosas que no tenían nada que ver con lo que venían a hacer, comenzaron a trazar el plan. Debian actuar bien para que nadie sospechara de ellos o se fijaran en lo que hablaban.

- De acuerdo, mañana es chuseok.- comenzó a decir Seungcheol.- Hoy lo preparamos todo y mañana lo ejecutamos, antes no. La casa de Kim está a veinte minutos caminando de este hostal, lo que no está nada mal.

- ¿Nosotros también iremos a casa de ese tal Kim?- pregunto Chan en un susurro, algo miedoso de que alguien pudiera escucharles.

- No, ustedes tendrán un trabajo más importante.- respondió Wonwoo.- El motivo por el que están aquí son sus esposos, así que irán a buscarlos y los sacarán de la ciudad sin que nadie los vea. Si todo sale como queremos, nadie tendría porque fijarse o sospechar.

Sourest // BooChanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora