산 3: Los nervios en mi estómago 산

98 14 0
                                    


El silencio era un poco tenso. Ninguno de los dos se movió desde que entraron al salón, los dejaron solos por algunos minutos y la cosa no iba muy bien.

Seungkwan ese día se había dedicado plenamente a hacer tareas del hogar, no se había arreglado, llevaba un hanbok azul totalmente gastado y viejo, y sus manos aún estaban frías por culpa de las sabanas mojadas.

Tenía la vista clavada en el suelo, pero podía ver por el rabillo del ojo que el chico llamado Chan, también estaba un poco nervioso y tenso.

- ¿Tampoco sabias de esto?- Chan fue el primero el hablar, sonando un poco molesto pero teniendo tacto.

Seungkwan negó, sin mirarle.- No, lo lamento.

- No te disculpes.- suspiro, haciendo que algo de tensión desapareciera.- No nos hemos presentado correctamente... soy Lee Chan, un gusto.

- Boo Seungkwan.- respondió, haciendo una inclinación de cabeza.

- ¿Eres... parte de la familia Choi?- pregunto el contrario, tratando de conseguir información.

- Me crie en esta casa y me forme aquí, pero no comparto sangre.- explico, y esta vez se giró a verle. Trato de verse lo más serio que pudo.- Lo siento, pero... a mí realmente no me interesa casarme, aunque la señora Choi me diga que sois de una buena familia.

Chan sonrió de lado, con burla.- Que bien que pensemos igual. Tampoco quiero casarme.- dijo con seriedad.- A menos que lo cancelen...- susurro, y después se levantó con teatralidad e hizo una reverencia.- Será un placer compartir mi tiempo contigo.

Seungkwan noto a las tres mujeres asomar sus narices por el borde la puerta y suspiro. También le levanto, algo incómodo y correspondió el gesto.- Me complace que sea con usted, joven Chan.

Ambos levantaron la mirada y se fulminaron con una mezcla de asco y odio. Seungkwan sabía que aquello no podría salir bien, estaba claro que el disgusto era mutuo.


/////


Seungkwan quería meterle un trapo en la boca a su madre para que se callara. La quería porque era su madre, pero dar la idea de que salieran a pasear para conocerse más, definitivamente había colmado su paciencia.

Pero, para su lamento, habían hecho una promesa silenciosa con Chan: fingir llevarse bien delante de la familia.

Habían aceptado y habían salido temprano en la mañana para dar un paseo juntos. Lo único bueno que tenía ese día era el tiempo, y que Seungkwan había tenido tiempo para arreglarse.

Chan también se veía bien, pero estaba muy serio. En esos momentos odiaba ser el mayor, ya que era el que siempre comenzaba las conversaciones.

- ¿Cómo ha estado?- pregunto con tono monótono.

Apenas había pasado una semana desde que se conocieron por primera vez.

- Bien.- respondió Chan, también sin mirarle.- ¿Y tú?

- Está todo bien.

- Perfecto.

Se quedaron en silencio, sin tener más temas de conversación. La calle estaba algo llena, había familias y niños paseando, jugando, algunos vendedores, parejas enamoradas, y también los dos prometidos que fingían llevarse bien.

Seungkwan tenía su cabeza trabajando a cien por hora, estaba claro que su madre había aceptado el primer matrimonio que le plantaron delante, pero lo único que Seungkwan podía ofrecer eran hijos, muchos hijos. Y no quería tenerlos precisamente con doño enojado, con quien no se llevaba muy bien.

Sourest // BooChanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora