Ahora que mi bebé estaba comenzando a crecer y el periodo de riesgo ya había trascurrido, el señor Kim y yo decidimos que era momento de retomar algunas de mis rutinas.
―Ahora te toca hacer abdominales.
Jiwoong: ¿Quieres sujetar mis piernas?
―Bueno ―digo sin problemas ―Ojalá yo pudiera hacer abdominales.
Jiwoong: Pero puedes hacer otro tipo de ejercicios ―Tomó una pelota de yoga ―. Te compré muchas cosas nuevas para que pudieras usar.
―Pero no me gusta hacer yoga.
Jiwoong: Cuando nuestro bebé nazca, regresarás a todas tus rutinas ―Acarició mi abdomen ―. Está creciendo ―Sonrió.
―Estaba pensando en algo.
Jiwoong: ¿En qué?
―¿Qué te gustaría que sea nuesto bebé?
Jiwoong: No lo sé.
―¿No? Yo quiero una niña beta, pero supongo que, con tus genes, será imposible ―Suspiro ―. Solo espero que no sea un omega.
Jiwoong: ¿Por qué dices eso?
―Porque no quiero que pierda ciertas oportunidades por nacer así.
Jiwoong: Las cosas están cambiando. No todos los omegas tienen puestos de trabajo bajos. Mira tu padre, es doctor.
―Si, pero el tuvo que estudiar mucho y luchar mucho con el sistema.
Jiwoong: Tú también eres un hombre omega y creo que eres perfecto de ese modo ―Me abrazó ―. Sea como sea, amaremos a nuestro pequeño o pequeña.
―Yo espero que sea como tú, pero si ese no es el caso. Sé que también lo amaré ―Acaricio mi abdomen ―. Semillita, se igual de guapo que tu padre Jiwoon.
Jiwoong: O igual de apuesto y tierno que tu padre Matthew ―Besó mi abdomen ―. Ya queremos conocerte.
―Te amamos desde el primer momento que supimos de ti ―Sonrío.
Jiwoong: Ayúdame con mis abdominales y luego iremos a comer lo que tú quieras ―Tomó mi mano.
―Si ―digo con felicidad.
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