Inmediatamente después de llegar a Barcelona, mi prometido y yo nos apresuramos para dejar las cosas en nuestra cabaña privada, y recorrer la ciudad en busca de algunos elementos que utilizaríamos en nuestra noche de pasión extrema.
―Mi RUT está comenzando ―Aprieto mis piernas ―. No tenemos mucho tiempo.
Gyuvin: Te puedo sentir ―Olfateó mi cuello ―, pero ya casi terminamos ―Miró hacia varios lados ―. No me provoques tanto...
―Mi mayor temor es atraer a Omegas.
Gyuvin: Creo que tenemos suficientes cosas ―Miró las bolsas ―. Resegaremos a la cabaña ―Tocó su cuello ―. Yo también estoy comenzado a sentirme caliente.
―Entonces hay que darnos prisa ―Lo beso ―. Ah... ―Suspiro ―. Necesito que hagamos el amor ―Lo sujetó con fuerza.
Gyuvin: Aquí no Ricky ―Susurró ―. No estamos tan lejos de la cabaña.
Aunque había sido un error salir sabiendo que en cualquier momento nuestro RUT comenzaría, la cabaña no quedaba tan lejos de la ciudad y en menos de veinte minutos logramos llegar al lugar seguro y aislado que habíamos rentado para pasar por los próximos tres días juntos.
―Tuvimos suerte de que nuestros hermanos se ofrecieran a cuidar a Eumppappa ―Me quito la chaqueta ―. No podíamos traerla en este viaje.
Gyuvin: Que bien hueles ―Olfateó mi cuello ―. Esto será increíble.
Las feromonas de Gyuvin se sentían en toda la cabaña y de seguro las mías también se podían sentir, ya que Gyuvin no podía dejar de tocar mi cuerpo por debajo de la ropa.
―Ya, puppy, no me he quitado la ropa ―Sonrío.
Gyuvin: Te la quitaré ―Mordió mi cuello ―¿Puedo romperla?
―No, es demasiado costosa y de una línea exclusiva de Versace.
Gyuvin: Tendré cuidado ―Mordió mi cuello ―, pero ya quítate todo.
―Tú igual ―Toco la hebilla de su pantalón ―¿No te está apretando allí abajo?
Gyuvin: Demasiado ―Me quitó la camisa ―¿Te molesta si te dejo marcas?
―Hazme todo lo que quieras ―Le digo al oído.
Gyuvin: Esas son palabras peligrosas ―Me bajó los pantalones ―. Hoy no podremos controlarnos.
―¿Acaso alguna vez lo hacemos? ―Salto hacia él para que me cargue ―. Hicimos bien en reversar una cabaña alejada ―Lo beso ―. Podremos hacer todo el ruido que queramos.
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