Aunque al comienzo no era mi intención ir a la cama con Gyuvin, los dos ya no podíamos detenernos ya que lo estábamos disfrutando demasiado y nuestras hormonas no se podían calmar.
- Ah... Oh my god - Suspiro.
Gyuvin: ¿Te gusta esto? - Mordió mi oreja.
- Se siente demasiado bien.
Gyuvin: Tu piel es como porcelana - Me dijo al oído.
Ya había perdido la cuenta de todas las veces que nos habíamos corrido y de cuantas posiciones habíamos probado.
Gyuvin: Levantaré más tu pierna.
Gyuvin me había puesto de lado y me había comenzado a penetrar por atrás de ese modo, mientras besaba mi cuello, pero yo quería probar algo más.
- ¡Ahh! - Grito - Muévete más ¿Acaso ya estás agotado?
Gyuvin: No, y eso es lo que me preocupa - Besó mi cuello - Quiero morderte.
- No pasará nada si lo haces, no soy un Omega.
Gyuvin: Es la primera vez que lo hago con un Alfa, no sé que está bien y que no.
- Déjame que te enseñe un poco.
Para ayudar a Gyuvin, me sujeté de sus caderas y luego giré junto a él, hasta que quedé arriba y él abajo.
Gyuvin: Esta vista me gusta - Lamió mi espalda.
- Quédate quieto, yo me moveré.
En esa posición, la penetración era más profunda, por lo que, al comenzar a moverme, ambos comenzamos a gritar nuestros gemidos.
Gyuvin: Ah... ah... - Gimió - Maldición, que bien se siente.
Gyuvin me estaba tocando en el punto indicado, así que comencé a perder la cordura, hasta que sentí que él me mordía en mi cadera y regresé a la realidad.
- ¿Qué haces?
Gyuvin: Dijiste que podía morderte.
- No esperaba que fuese en ese sitio.
Gyuvin: Quiero morderte en muchos sitios - Enseñó sus colmillos - Es la primera vez que muerdo a alguien.
- Entonces nunca marcaste a un Omega - Sonrío - ¡Ahhh! - Grito.
Luego de gritar me terminé por correr, lo que hizo que apretara más el miembro de Gyuvin y lo hiciera correr a él también.
Gyuvin: Estamos empapados en sudor y de otros fluidos - Dijo agitado.
- Lo sé - Limpio mi frente.
Salí con mucho cuidado y me volví acostar a su lado, pero por más que sabía que debía descansar, no podía detenerme, debido a que su aroma me provocaba querer hacerlo mío.
- Tú me mordiste - Enseño mis colmillos - Ahora es mi turno - Me acerco a su cuello.
En cuanto mordí a Gyuvin, él gritó y mordió mi hombro con mucha fuerza.
-¡Ahh! - Grito - Me vas a dejar muchas marcas si sigues así.
Gyuvin: Tú lo dijiste - Se acercó mi cuello - No pasará nada - Me mordió.
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