capitulo 19

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PASADO

Eramos dos extraños ....

Aunque dormíamos en la misma cama el nunca me tocaba, ni mucho menos me hablaba. Solo llegaba se bañaba y se acostaba dándome la espalda.
Por la mañana se levantaba temprano y se marchaba sin pronunciar palabra.

Pasaron seis días en total soledad acompañada de mi enfermera que por cierto era bastante habladora ...

Me contó su vida, sus vivencias, sus experiencias , ahora andaba de novia con Edgardo y estaba feliz como nenita de 15.

" hasta la enfermera tiene más vida amorosa que yo..."  nótese el sarcasmo.

Ella se iba a las 7 y regresaba  al día siguiente a las 8 a prepararme la comida, curarme las heridas que ya estaban 70 por cierto sanas,  darme las medicinas que ya eran pocas y básicamente hacerme compañía porque no hacía más nada.

Me hacía reír mucho con sus anécdotas amorosas, con ella el tiempo pasaba rápido y no me sentía tan sola y deprimida. Cómo no tenía el número telefónico de mis amigos no pude comunicarme con ninguno.  Lo primero que haría cuando saliera de acá sería comprarme un teléfono.

Ya era fin de semana otra vez y el aburrimiento estaba volviéndose insoportable, mire la hora en el reloj que estaba colgado en la pared de la cocina y me sorprendió que ya fueran las 12 de la madrugada y el coronel no aparecía.

"Andará follandose a la teniente Melina"...

Pensé con amargura tomándome el último sorbo de leche que quedaba en el vaso. Era algo que no me interesa, pero.... ¿Cómo evitar no sentirme como la mierda al saber que yo no le importaba? ¿Cómo no sentir celos al pensar que comparten cama?...

Ya me sentía bien y lo mejor sería irme de aquí lo más pronto posible. Y así evitarme estos sentimientos que ahogaban mi corazón. Si , mejor era irme mañana temprano.

Con esa resolución subí las escaleras y me acosté tapándose con la manta hasta la barbilla.

Un ruido me saco de los brazos de Morfeo.

Me senté en la cama agudizando el oído captando un sonido suave.... Era el piano.
Alguien lo estaba tocando y obviamente debía ser el.

No pude evitar la curiosidad y baje con cautela las escaleras encontrando al coronel sentado en el banquillo tocando el piano con los ojos cerrados. Yo no sabía de partituras ni notas musicales ni nada de eso. Pero la melodía que salía de ese aparato era tan bella y trizte que me hicieron aguar los ojos recordando a mi familia. Llegué hasta el apoyándome en el piano viendolo tocar. Se veía trizte como si también estubiera recordando algo...me dirán tonta pero no pude evitar sentarme en sus piernas y abrazarlo fuerte, transmitiendole fuerza, apoyó, Amor.....

El dejo de tocar y también me rodeo con sus brazos, escondí la cara en su cuello oliendo su esencia que tanto adoraba. Tambien olia a whisky y lo mire encontrando sus bellos ojos irritados mirándome desorientado.

— Estas borracho —afime negando con la cabeza.

El sonrió cerrando un ojo tambaleando su espalda hacia atrás .

—¿Que te hace pensar eso rubia hermosa?

Que me alagara tan abiertamente me lo confirmó.

— solo tu aliento a alcohol nada más.

—puede que si .....puede que no.... Soy inocente hasta que se me pruebe lo contrario.

No pude evitar reírme de su estado , al parecer el coronel borracho era bastante simpático y juguetón.

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