ANDY.
Podía imaginarme lo patética que me veía, Scott me apretaba a su cuerpo, mientras limpiaba las lágrimas que caían por mis mejillas. En mi mente aún escuchaba las amenazas de Ryder, él me miraba preocupado y me pedía respuestas que aún no estaba preparada para darle. Sentía el impulso involuntario de huir, de dejar todo atrás nuevamente y no regresar al campus. ¿Cómo dejaba mis sueños por huir de un abusivo?
Como si el cielo pareciera escucharme la puerta principal se abre y Amelie aparece en el umbral, separándonos, el rubio se marcha y ella me arrastra hasta su habitación, cierra con llave y me mira con atención.
—¿Qué ocurre? Me estás asustando. —inquiere preocupada, le cuento todo entre lágrimas y ella me abraza con fuerza. —, No permitiré que siga jodiéndote la vida, Ann.
—Estoy harta de él, Mia. Estoy segura que ya sabe donde estoy...—respondo limpiando mi rostro, ella hace un gesto triste.
—No estás sola, esta vez, Ann. No permitiremos que te suceda nada, los chicos pueden protegerte. —insiste y hago un mohín, el que incluyera a Scott me hacia sentir corrientes.
—No quiero entrometerlos, Mia. Ryder es peligroso y no tendría piedad alguna contra los chicos... no me perdonaría nunca si por mi culpa los lastima. —respondo suspirando. Ella me abraza y luego se separa con seriedad.
—¿Puedes explicarme que es lo que ocurre contigo y Scott? —inquiere, la miro tragando saliva, ¿acaso ocurría algo entre ambos? Claro que no... ¿o sí? —, Todo el campus habla de tu cita para desayunar con él, luego llego a casa y los veo... abrazados.
—Nada, él me dijo que le habías pedido pasar por mí para traerme. Y luego me llevó a comer, solo eso, sabes bien que no me interesa. —afirmo intentando ocultar mi inseguridad, no comprendía muy bien que exactamente me atraía de él, pero era imposible no sentir mi corazón acelerarse cuando lo tenía demasiado cerca.
—¿Segura? No quiero que te rompa el corazón, no de nuevo, Ann. —inquiere con su voz quebrada, le doy una sonrisa tranquilizadora, ella había estado para mí tantas veces donde se me cayó el mundo que imaginaba lo que sufría.
—Para con eso, Mia. No me interesa en lo más mínimo Scott... además, hoy saldré con Harry. Él me agrada, ¿sabes? —insisto y le doy otra sonrisa, ella se ríe mostrándome sus dientes.
—¿De verdad? Pensé que estaba molesto por lo del hospital...—alarga, trago saliva, nunca le dije la verdad, solo que Harry se había enojado porque Scott entró primero a verme. —, Él si es el correcto, Ann...
—Lo sé, créeme que lo sé...—dije asintiendo más para mi que para ella, después de todo tenía razón, no podía sentir nada que no fuese amistad por Scott.
—Tranquila, Ann. No creo que Ryder intente hacerte algo dentro del Campus, por ahora, mejor céntrate en disfrutar tu cita de esta noche. —me anima y mueve sus cejas de arriba abajo, le doy una sonrisa sincera.
—Gracias, eres la mejor, lo sabes, ¿verdad? —inquiero y ella me abraza.
—¡Tengo un vestido ideal para ti esta noche! —exclama con emoción, se pone de pie y va al armario de Jack, rebusca entre todo y saca un vestido negro, toda la espalda va descubierta y tiene detalles en dorado.
—¿No le falta un poco de tela? —divierto y ella niega con su cabeza, me río. Era imposible que ella tuviese algo decente en su armario.
Luego de calmarme y animarme un poco, decidimos ver una película, Jack había ido por algo de comer así que no cocinaríamos. Nos echamos en el sofá, mientras Amelie me conversaba sobre la fiesta que habría en dos semanas, la puerta de la habitación se abre y Scott sale goteando su cabello, su característico perfume inunda el salón y me percato de que no le agradecí el haberme consolado, pensé que se uniría al plan, pero me había equivocado.
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Mi maravillosa destrucción.
Novela Juvenil«Dos almas destinadas a encontrarse, sin saber que van destruirse...» Andy Millabur aprendió a sobrevivir a su hogar disfuncional, con un padre alcohólico, apostador y; con su madre adicta a la heroína. Desde pequeña fue sometida a diferentes tratam...