Q u i n c e

320 23 0
                                    




La tensión se intensifico un poco más, suponía que era por las miradas mortales que se daban Harry y Scott. Las palabras de Ester volvían a mi mente, aunque me doliese admitirlo era adicta, sustancias como el alcohol o estupefacientes podrían desatar en mí la adicción crónica, seguía tomando las pastillas que ella me había enviado que ayudaban a reducir los síntomas de abstinencia. ¿Qué tanto daño podría hacerme una copa?

—De hecho... gracias, Harry. Se me antojo una de esas. —dije con una sonrisa.

La boca de Scott cayó casi al suelo, Taylor se divertía por la escena al parecer, Amelie se unió a la mesa con una sonrisa, Harry me miraba con ilusión, sabía que lo había hecho a propósito para callar al rubio. Tome la bonita copa que me había traído, el borde estaba escarchado con sal y por dentro tenía un granizado en color azul. La llevé a mi boca y le di un sorbo, el liquido quemó un poco mi garganta, pero sabía delicioso.

—¿Estás segura de esto? —inquiere con preocupación Mia, quién conocía a la perfección mi historial médico. —, creo que es demasiado, Ann, aún no has superado eso...

Agradezco que se preocupe por mí, Amelie era esa hermana que nunca tuve y siempre necesité. Me hablaba bajito para que los demás no se enterarán, Harry hablaba amenamente con Sean lo cual aminoraba la tensión.

—No creo que pase nada, solo tomaré una copa. —dije restándole importancia, ella suspiro y asintió poco convencida.

—Sin excesos, rojita. —amenaza reprochadora con su índice, asiento dándole una sonrisa.

—Ya vamos a la pista. —digo con una sonrisa divertida, asiente repetidas veces, le pedimos a los chicos que vengan con nosotras, se niegan porque hablaban animosamente de futbol, dándonos por vencidas volvemos solas.

Amelie mueve sus brazos con elegancia mientras la canción empieza con lentitud, yo muevo mi cuerpo de lado a lado, esperando el golpe de ritmo, algunas personas vienen también a la pista y nos divertimos al verlas bailar, sentir la música era fabuloso, se acelera el ritmo y comenzamos a mover nuestras caderas de arriba abajo y de lado a lado, nuestros traseros rebotan al son de la música ganándonos un par de miradas, nada nos importaba, ni siquiera nuestros acompañantes, bailábamos la una para la otra, solo eso importaba.

Dos chicos volvieron a acercarse y esta vez les permitimos bailar, parecían muy respetuosos, así que disfrutamos de la canción en conjunto de ellos. Le di una mirada a Mia, se encogió de hombros y susurró en mi oído.

—Da igual, rojita. Jack se está comportando como un autentico idiota esta noche...—dice y la miro mal, no era una excusa para que quisiera bailar con otro delante de él. —, Disfrutemos, estás tomando alcohol después de tantos años...—grita por el bullicio que había, asiento y nos descontrolamos un poco.

Los chicos desaparecen por unos minutos y regresan con bebidas, lo dudo un poco antes de aceptarlas, pero es tarde, Mia había echado su cabeza hacia atrás y de un trago se había tomado el vaso entero, imite su acción, era vodka, el liquido bajó por mi garganta como si fuese agua, sentí nostalgia, recordando algunos momentos donde sentí la misma sensación... mi cabeza palpita un poco, quizá era por el impacto de las toxinas del alcohol en mi cuerpo. Me tambaleo un poco, pero me recompongo con facilidad.

Amelie me da un par de vueltas bailando, los chicos parecen no querer dejarnos sentar, siguen nuestro ritmo y me parece extraño que Jack no se haya vuelto loco. Di una mirada a la mesa, Harry me miraba admirado, no parecía molesto, me dio una sonrisa cuando lo enfoqué, al parecer no era celoso ni inseguro... por otra parte Jack había desaparecido al igual que algunos de sus hermanos, en la mesa solo quedaba Harry quien seguía hablando con Sean, Joshua y Brand.

Mi maravillosa destrucción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora