Mi maravillosa destrucción.

T r e i n t a y u n o

SCOTT.

Lo reflejos del sol que se colaban por la ventana me hicieron remover incómodo, sonreí al recordar que pequitas estaba a mi lado, me giré hacía ella y me encontré con su lado de la cama vacío. Fruncí el ceño y la busque por la habitación, me coloque de pie al ver en el reloj de la mesita ratonera, eran las 5 am. ¿A dónde podía haber ido a estás horas?

Salí al salón esperando encontrarla o en la cocina tomando su vaso de leche para las pesadillas... pero nada, no se encontraba por ninguna parte. Mi respiración se acelera, observo sobre la isla dos sobres, camino con rapidez y veo que uno es para Amelie y otro para mí... esto no me daba buena espina, lo rompo y saco la hoja de papel.

Mis manos temblorosas desplegaron el papel, con su bonita letra y perfecta ortografía me había escrito una carta de despedida.

"Scott... no consigo palabras exactas para describir lo que siento por ti. Vine a este país, a esta ciudad y a este campus sin buscar otra cosa que no fuese mi paz y te encontré a ti, cuando te vi por primera vez en el ring, supe que serías mi perdición y quizá mi destrucción... Ahora tengo un asunto muy importante que resolver para poder liberarme de mi pasado para siempre, espero lograrlo y volver a ti, pero si eso no sucediera, solo quiero decir que... Te quiero, rubio."

Exhale con fuerza, sus palabras calaban en mi interior. ¿A que se refería? ¿Qué era tan importante de su pasado como para dejarme? Le di un golpe fuerte a la isla y tome el sobre de Amelie, camine con rapidez hasta la puerta de su habitación y golpee con fuerza. Después de unos minutos Jack abrió enojado.

—¿Qué putas te sucede? ¡Son las jodidas cinco de la mañana, Scott!

Miré detrás de él, Amelie por suerte estaba vestida, hice a un lado a mi odioso hermano y caminé hasta ella entregándole el sobre.

—¿Puedes explicarme? ¿¡Que carajos significa esto!? ¡Amelie! —grité perdiendo el control, Jack se situó a mi lado confundido y mirando a Amelie en busca de alguna respuesta, mientras que ella abría mucho los ojos al leer su carta.

—Scott... esto no puede estar pasando... él... va a matarla...—se recompone en su puesto y se pone de pie con rapidez. La miro sin comprender, mientras Jack rasca su nuca.

—¿Qué carajos? ¿A que putas te refieres, Amelie? ¿Quién sería capaz de hacerle daño a pequitas? —inquiero, necesito respuestas, estoy harto de esto.

—Ryder... el exnovio, te dije alguna vez que era muy peligroso. Ayer... cuando ella volvió encontramos nuestra habitación de la residencia destrozada y un papel con su firma, ella dijo que él ya estaba en el campus... por eso creíamos que lo mejor era que se quedará aquí, con todos...

—¿Y por que carajos no me lo dijo? —inquiero furioso apretujando mi mandíbula. —, ¡Joder! ¡Amelie! ¡O tú también pudiste decírmelo!

—Tienes que calmarte, viejo. —se entromete entre ambos Jack. Respiro hondo y tomo el puente de mi nariz. —, Mia no tiene la culpa de que Andy nunca fuera honesta contigo...

Mis manos se vuelven puños y lo miro entrecerrando mis ojos. ¿Cómo se atrevía siquiera a mencionarlo? Estaba por atacarlo, cuando baje la guardia, tenía razón, ella no había confiado en mí para contarme su pasado, mierda, yo había sido tan putamente sincero con ella imaginando que recibiría lo mismo.

—Scott... Andy es inteligente, seguro tiene planeado algo... tenemos que esperar. —dice con calma Amelie, niego con mi cabeza. ¿Esperar a qué? Ella misma acababa de decirlo, podía matarla...

—¿Esperar? ¡Tenemos que hacer algo inmediatamente! —exclamo con ferocidad. —, tienes que contármelo todo, Mia, solo así podré actuar.

—Yo... no puedo, Scott. —responde bajando su cabeza. ¿Acaso era idiota? ¿La vida de su mejor amiga corría peligro y ella no podía contármelo? Le clave la mirada y sé que la sintió porque la levantó chocándola con la mía.