Mi maravillosa destrucción.

V e i n t i d ó s

Cuando se apartó de mí para encender otro cigarrillo, pude respirar con normalidad. Scott conseguía alterar mis nervios y cada molécula de mi ser. Trague saliva recuperándome, la tentación había sido grande, él sabía como enloquecer a alguien con solo su tacto, quizá entendía mejor a Raquel...

Mi ritmo cardiaco había aumentado de golpe, intente calmarlo durante un par de minutos. Me serví otro vaso de zumo, el teléfono de Scott comenzó a vibrar, lo había dejado sobre la barra. Aunque intenté evitarlo a toda costa, logré divisar el nombre en la pantalla. "Camille".

Él regresó de la terraza y lo tomó sin mirarme, picándome la intriga, me dirigí al sofá y encendí la televisión, había contestado y regresado al balcón, agudice mi oído y escuche un poco de sus respuestas.

—Claro que te iré a ver, por supuesto que sí... es una promesa, no me lo perdería por nada del mundo, cielo. Sí te llevaré tus flores favoritas, por supuesto. Además, te llevaré esa comida china que tanto te gusta... está bien, adiós, te veo mañana, un beso.

La curiosidad picó aún más, ¿Quién era Camille? ¿Cómo es que tenía el privilegio de que la tratará así? Me removí con pesadez en el sofá, después de todo era cierto, no había ninguna chica especial para él, seguramente ella era su nueva carne fresca. Di un suspiro triste y subí el volumen a la televisión para evitar que él me descubriera.

Su mirada chocó con la mía por unos segundos, hasta que tomo sus llaves y se fue, dejándome sola. Amelie y Jack parecían no volver esta noche, me di una ducha y me metí a la cama. No podía conciliar el sueño, habían sido muchas emociones para un día. La ansiedad había regresado, Ryder no se rendiría hasta encontrarme. Scott provocaba en mi cuerpo revoluciones interiores, conseguía revolcar todos mis sentimientos con solo poner un dedo sobre mí... mientras que Harry me hacia sentir increíble, importante, única y diferente, vaya dilema.

Estuve en vela toda la madrugada hasta escuchar la puerta, pensé que sería la pareja de tortolos, pero todo decayó cuando escuche la risa de Scott, seguida a la de una chica, trague saliva y abrí un poco la puerta, observando como él besuqueaba sin reparos a una pelirroja, ella lo toqueteaba, mientras él besaba su cuello, pasaba sus manos por su pecho hasta sus caderas, sentí nauseas, siguieron el camino hasta la puerta de la habitación de Scott. Después de un fuerte puertazo, volví a la cama, sintiendo un pinchazo en mi pecho.

Primero me acorralaba, coqueteaba y hasta tocaba y luego se iba a buscar con quien pasar la noche... asentí para mí misma, esto es lo que representa Scott, la verdadera destrucción para cualquiera que se fijará en él. Suspirando volví a la cocina, tomaría un vaso de leche, para dormir mejor. Entonces escuché.

—¿¡Como te atreves!? —pregunta la chica con indignación. —, ¡Me llamaste por el nombre de otra chica, Scott! Eso es denigrante...—se queja, al parecer sí tenía dignidad.

—¿Y? —responde Scott con su típico tono indiferente.

La puerta se abre y decido mover mis pies con rapidez hasta la habitación. Lo último que escucho es un puertazo, seguido de la puerta del mini bar de la cocina. después escucho la puerta de enfrente. Respiro con normalidad, no tenía la menor idea de que había sucedido, pero al menos no tendría que escuchar a Scott haciendo sus cosas.

Seguí batallando para intentar conciliar el sueño, pero no lo conseguía. Estaba ansiosa y temerosa, mi mente no dejaba de pensar que en el momento menos esperado Ryder estaría esperando fuera de la facultad. Me removí por toda la cama, hasta que volví a escuchar a Scott pidiendo ayuda a gritos. Seguramente habían regresado sus pesadillas. Con pasos lentos y suaves me acerque hasta su habitación, me senté en el borde de su cama y lo zarandee.