Capítulo 19

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Narra Diego Dallas

Termino de cerrar con llave el auto y volteo a mirar como Estefany corre a pegar su rostro a la ventana de la heladería. Nos encontramos en Las Vegas, Nevada. Hoy Estefany superó la prueba de salir de un estado a otro, en todo el camino permaneció tranquila, pero tengo equipado todo lo necesario por si sucede una emergencia, una recaída o un ataque de ansiedad.

Jalo la puerta de vidrio hacía afuera, permitiendo que ella entre primero y la sigo por detrás. Actúa con normalidad, pero siempre se detiene para caminar a mi lado. Cuando llega nuestro turno de ser atendidos, Estefany habla por mí.

—¡Un cono de vainilla y otro de chocolate, por favor!

Hablar con personas desconocidas, prueba también superada. Pago con mi tarjeta por los conos y nos vamos a sentar a una mesa al lado de la ventana.

—¿Venimos a Las Vegas solo para comer helados?

Rio un poco.

—Sí eso te hace sentir segura que ir a Los Ángeles, entonces sí —Lamo mi helado.

—No puedo creer que gastaste tu gasolina para venir aquí, de haberlo sabido no hubiese aceptado.

—Estefany —hablo serio.

—¡Okey, lo siento! No volveré a minimizarme, es que no puedo evitarlo. No me gusta molestar.

—De hecho, los doctores me comentaron que quieres empezar a vestirte a tu estilo, como realmente te gusta, pero que tal vez a ti no te lo tenían permitido —explico.

Pasa su lengua arriba de su labio quitándose el bigote de helado.

—Mis doctores se han vuelto un poco chismosos —Ríe un poco—. Pero es cierto, hay ropa que quiero volver a usar, usar estilos que siempre he querido intentar y todas esas cosas.

—Y por eso te traje aquí, te voy a llevar de compras.

Su rostro se ilumina, abre su boca en una sonrisa y luego chilla emocionada.

—Para que no te sientas mal, "no voy a gastar mi dinero".

—¿Entonces con que vas a pagarlo? —Muerde el cono.

—Los doctores me dieron dinero para pagarlo todo, como regalo de cumpleaños atrasado.

Su rostro se apaga un poco, como si pensara en algo... o en alguien.

—¿Hasta el doctor Max? —pregunta, seria.

Asiento.

—Incluso se ofreció a dar más si llega a faltar, que solo le avisáramos y que él hacía la transferencia en línea.

Sigue seria. Siempre que se toca el tema con dicho doctor, siempre se pone así. ¿Acaso me oculta algo? ¿Sucedió algo que yo no sepa? Es una duda que llevo cargando hace tiempo, me hace sentir un poco inquieto, un poco molesto, pero se lo preguntaré más adelante, este es su día y no quiero arruinarlo ni ponerla incomoda.

***

Narra Estefany Hoffman.

Corro emocionada por la tienda hasta llegar al sector de mujeres, tengo muchos outfits en mente que he visto últimamente en Pinterest y quiero intentarlo, hay muchos aesthetics que quiero probar, pero no sé por cual empezar.

Agarro unos cuantos shorts de mezclilla y camisas cortas —pero no tanto— de colores pasteles, como rosa, celeste y lila. Claro, no olvidemos de los colores neutrales como el negro, blanco, también el color café en distintas tonalidades. Veo a Diego llegar, me quita la ropa de la mano y la mete al carrito que trajo con él.

Estefany Hoffman © [Parte II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora