IV - Sub-Código Alternativo | Alternative World [G.O]

Capítulo 20: Nacidas bajo una copia.

Le era complejo analizar todo lo que le ocurría. Se veía y sus emociones iban de un extremo a otro. Felicidad, porque era lo que jamás pensó que podría ser. Esas largas horas de juegos con Mitzy en el que se imaginaban personajes que ellas creaban, se habían hecho realidad. Terror, porque la voz de su tío resonaba y el exterior estaba en peligro.

Alzó su cabeza y se quedó con los ojos abiertos al ver a Mitzy dar saltos de un lado a otro moviendo sus yoyos. Este acto podría considerarse infantil de su parte, pero no lo era.

—¡Mitzy! —gritó, acercándose a ella para frenarla—. No te muevas así, ¿es que no recuerdas que complemento le pusiste a los yoyos en tu ficha?

Mitzy paró sus acciones para abrir un poco la boca.

—¡Oh! Si lo hizo, entonces...

Cerró sus ojos y chasqueó sus dedos. Adela frunció el ceño.

—Mitzy que...

—¡Hola!

La voz de Mitzy sonó enfrente y a sus espaldas. Al girarse, comprendió que Mitzy tenía el poder de la clonación. Justo como había puesto en la ficha.

—¡Coltán lo hizo! ¡Qué maravilla! Ahora puedo clonarme mil veces si quiero.

Adela se giró hacia Mitzy y la miró con seriedad.

—No hagas eso, por favor. Ten en cuenta que estamos aprendiendo nuestros poderes y gastarlos de esta forma cuando hay un problema en el exterior —aclaró Adela, sintiendo el sudor en su frente.

—Estás hablando a mi clon.

—¡Me da igual a quién, Mit! Tenemos que ir a por el portal de inmediato y regresar —contestó Adela, soltando un largo suspiro.

—Vale. ¿Y dónde está?

Miró de un lado a otro, pero no estaba cerca de los bosques donde se encontraban ahora mismo. Se quedó en silencio unos segundos para al final abrir su boca.

—Debe de estar en el mismo sitio por donde entramos. Tu casa —aseguró Adela, girándose hacia los bosques—. Vayamos ahora.

—¡Eso está...!

Adela no escuchó a Mitzy. Fue en dirección a su casa, pero no se esperaba que, al dar los primeros pasos, llegara a dejar atrás a Mitzy. Frenó de golpe, levantando polvo y tierra para girarse y ver que había dejado a su amiga a un par de kilómetros atrás.

«E-Es verdad, en la ficha puse que yo era muy veloz. Demasiado —recordó, tragando en seco para ver sus manos temblorosas—. En sí, tengo todo lo que el diseño ponía. Por esa regla...»

Movió un poco los dedos de sus manos. Este simple gesto hizo que, a su alrededor, pequeñas chispas de electricidad salieran. Bajó las manos, respirando con rapidez y que las pulsaciones de su corazón se aceleraran.

«Soy ella... Soy la versión mía en esos juegos».

—¡Adela!

El grito de Mitzy se escuchó desde la lejanía. Al levantar su cabeza, vio como Mitzy se acercaba para al final ponerse enfrente suya. Puso las manos en sus rodillas, respirando un poco angustiada.

—¡Qué rápida eres! Se me pasó que tu te habías puesto velocidad al máximo —habló Mitzy con dificultad.

—Mit, ¿te acuerdas que había en nuestras fichas? Las estadísticas principalmente.

Mitzy respiró hondo para al final alzar su rostro, mirándola.

—A ver. Recuerdo que yo tenía fuerza y resistencia. No al máximo.