¿Qué tan rápido podía cambiar todo? ¿Qué tan rápido podían arrebatárselo todo? Era lo que se preguntaba mientras sus ojos veían los horrores de la calle que siempre veía. ¿Cómo era posible que en cuestión de minutos todo acaba así?
Todo lo que vio desde la juventud cambió por completo a unos colores más crueles. Veía la sangre manchar las carreteras, aceras y las paredes de algunos edificios. Escuchaba los gritos de Tugnins inocentes que intentaban salir de allí con vida.
Pero no era lo único que se le quedaría grabado en su cabeza, sino que aún no se podría creer lo que les había ocurrido a sus padres. ¿Cómo era posible que su madre hiciera tal atrocidad? ¿Cómo era posible que no se diera cuenta de lo que hacía? ¿No se daba cuenta que estaba matándole?
Lágrimas caían de sus ojos. Revivía el momento que su madre desgarraba el cuello de su padre. ¿Por qué tuvo la mala suerte de ir a la habitación de sus padres para preguntarles sobre una tontería? ¿Por qué tuvo que ser ella? ¿Por qué tenía que ver tal desgracia? Era una broma, una pesadilla. No era posible que su madre matara a su padre como si no le conociera.
No sabía cómo corría. Supuso que era porque ella misma deseaba seguir con vida, pero a su vez entraba en pánico, ¿cómo iban a seguir con vida? Cada Tugnin que veía a su paso moría por aquellos seres que se habían transformado en una aberración que no podía describir. Le causaba arcadas su olor, como si se hubieran bañado con químicos que lo mataban con lentitud. No quería imaginarse como sería tocarlos.
Agradeció no haber tocado a su madre y no haber hecho nada que pudiera contaminarla. Huyó a tiempo, yendo hacia su tío para poder ver bien como aquella que tanto amaba se había transformado en un monstruo sin vida.
Su mente le hacía la horrible jugada de recordar el pasado que tuvo con sus padres.
«¡No ahora, maldita sea!»
Pero era inevitable. Las lágrimas caían y escuchaba las voces del pasado. Cariñosas y amables, mostrándole todo el cariño que le tenía, para luego ser destrozadas bajo un baño de sangre que la dejaba horrorizada.
«¿Por qué a ellos? ¿¡Por qué?!»
Veía las bestias ir hacia ellos. Le recordaba a su madre y de pensarlo solo le entraban arcadas junto a unas horribles ganas de llorar, pero su tío la agarraba de la mano, corriendo sin descanso, buscando un sitio donde esconderse.
Coltán era quien podía salvarla. Su cabeza la llevaba a ese pasado que no valoró nunca.
«Lo siento tanto, Adela...»
«¡Cállate! ¿¡Por qué no me avisaste!? ¡Lo sabías!»
Hubo un silencio y al final un suspiro.
«Mis palabras son vigiladas».
Rabió por sus adentros, sintiendo el dolor en todo su cuerpo. Se quedaba sin aire y cuando alzaba su cabeza, vio la ciudad que una vez despreció. No quería que todo esto ocurriera. Deseaba volver al pasado para valorar todo. Desde lo más grande e impresionante hasta lo más pequeños y ocultos.
Vio la tristeza y el miedo en los ojos de todos los Tugnins de distintas edades, le dolía mucho ver como los de avanzada edad observaban sin poder hacer nada más que cerrar sus ojos con una sonrisa suave. Miraba todo a cámara lenta, encontrándose con el caos de aquellos que acababan de aparecer. Iban hacia la cabeza, mordiendo y derramando ese líquido verdoso de su boca, corrompiendo y matando a la víctima.
El horror había azotado la ciudad y debían salir de inmediato. Pensó en tomar el coche, pero era una mala idea cuando esos monstruos rompían los cristales de los locales o transportes que veían a su paso para asesinar a sangre fría a los que intentaran huir.
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IV - Sub-Código Alternativo | Alternative World [G.O]
Ficção CientíficaDesear la evolución de su planeta era uno de los propósitos que Coltán logró conseguir ante un material extraño en su planeta llamado Blatution, del cual permitía una tecnología avanzada y no contaminante. Tal descubrimiento provocó que su nombre re...