Coltán veía a Miver como una esperanza, una luz que brillaba en medio del túnel, pero a su vez se preguntaba demasiadas cosas. ¿Cómo seguía con vida? ¿Cómo les encontró? ¿Cómo se enteró? Y, lo más importante, ¿qué le ocurría en sus ojos? Porque por primera vez que los veía y eran unos oscuros, sin pupila. Solo oscuridad.
Coltán no paraba de preguntarse cómo estaba ahí mientras agarraba a su sobrina con todas sus fuerzas.
—¿Cómo has logrado llegar hasta aquí sin apenas heridas?
Miver le miró sin decir una respuesta.
—¿Cómo? ¿Cómo te has enterado? —volvió a preguntar.
—Brecha estaba hablando con su madre hasta que escuchó un grito de auxilio y todo ese desastre empezó en la ciudad —respondió Miver, mirando hacia enfrente—. Me lo dijo, fue la única que se enteró. Llamé a tu casa, no respondiste y supuse que tenías que estar en la ciudad.
—Pero te dije que estaba en casa de Adela. ¿Cómo sabías que estaba en este sitio a medio construir?
Miver se quedó en silencio.
—Miver... Fuiste a casa de Adela, ¿no? —preguntó, pero su nula respuesta le ponía muy tenso—. No sabías donde vivía Adela. ¿Cómo sabías que estaba aquí? ¿Acaso mi móvil tenía un chip o algo para rastrearme? ¿O acaso...?
—Coltán no tenemos tiempo y mi paciencia es justa en este momento. Tienes suerte de que la luna esté de nuestro lado —contestó. Coltán frunció el ceño, «¿otra vez delirando con las Lunas?»—. Te diré todo lo que quieras saber. Creo que ya no queda más remedio, pero por el momento te pido que mientras huyamos, confíes en mí.
Coltán se quedó sin habla. ¿Saber todo? ¿Sobre qué? ¿Qué le estaba ocultando r? La tensión subía por sus hombros, privándole de aire.
«Dime que no te estás volviendo loca ahora porque eres la única en la que puedo confiar ahora», pidió desesperado.
Miver giró su cabeza para verle de reojo. Suspiró y sonrió a medias.
—Hemos estado casi dos años juntos. Sabes que no te haría daño, más al venir aquí para intentar salvaros.
Coltán la miró con los ojos bien abiertos. Era cierto que se conocían de dos años y que era la única en la que podía confiar junto con Brecha. Sabía que Miver no era alguien mala. Demostraba tener buenas intenciones con sus gestos, y más ahora que en medio de todo este desastre, se atrevió a ir en su búsqueda.
Pero, ¿cómo?
—Quiero toda la verdad, Miver —pidió en un susurro—. Confío en ti, pero cuando salgamos, me lo dirás todo.
—Hecho.
—¿Me lo aseguras? —preguntó de nuevo, mirándole con total seriedad.
Miver le miró con una sonrisa.
—Por los números lo prometo.
Coltán soltó un suspiro.
«Siempre dice lo mismo, pero supongo que me sirve».
Se marcharon hacia las calles con gran sigilo. Miver le informó que algunos de esos seres corruptos estaban durmiendo. Coltán la miró atónito, entendiendo como podía, en parte, seguir con vida, pero aun así no se explicaba cómo le encontró. ¿Tanto tiempo estuvo buscándolo sin ser detectada?
Controlaba su respiración y sus pasos. Obedecía a lo que le decía Miver. Cuando avanzar, cuando frenar, cuando ir a un paso rápido. Le era increíble como tenía ese liderazgo y control de la situación. ¿Qué vida tan dura tuvo para mantener una actitud serena? Cada vez que veía sus acciones, más intriga sentía.
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IV - Sub-Código Alternativo | Alternative World [G.O]
Science-FictionDesear la evolución de su planeta era uno de los propósitos que Coltán logró conseguir ante un material extraño en su planeta llamado Blatution, del cual permitía una tecnología avanzada y no contaminante. Tal descubrimiento provocó que su nombre re...