IV - Sub-Código Alternativo | Alternative World [G.O]

Acto 1: Ser el centro de atención.

Esas miradas me dicen distintas frases. Algunas me admiran, otros me aprecian. Algunos son neutrales, otros me ignoran.

Y muchos me odian.

No saben la verdad. Tampoco lo hice hasta la Luna me la mostró.

Adela miraba a su tío como si sus ojos iluminaran una habitación oscura. Se enteró de lo que acababa de conseguir. Una gema que mitigaba los efectos secundarios de la tecnología, reducía la contaminación, y otorgaba un avance a la medicina.

Tuin era la ciudad de la evolución, pero sabían las consecuencias que dejaban a su alrededor. Fueron años intentando controlar todo lo que creaban con la tecnología. Fábricas que expulsaban ese veneno al igual que los propios Tugnins. Un cúmulo que parecía ser imposible de detener.

Pero cambió cuando su tío Coltán mostró su investigación al mundo.

—Coltán, ¿puedes estarte quieto? —le preguntó Cael, cruzando sus brazos.

—No puedo. Me es imposible. Tengo que ir al trabajo en poco. El jefe me ha pedido una reunión rápida —comentó Coltán sin parar de mirar su móvil. El dispositivo más viejo que tenía en sus manos, pero aun funcionaba.

Los dos hombres conversaban en la habitación mientras Adela comía su fruta favorita, arándanos. Los disfrutaba con lentitud, abriendo su boca para darle un muerdo y cerrar sus ojos. Lo malo era que no podía disfrutarlos durante horas porque Mitzy, su mejor amiga, la interrumpía.

—¡Vamos, Adela! ¡Íbamos a salir hoy y luego la acampada! —se quejó Mitzy.

—Mit, ahora no. No terminé mis arándanos.

—Ay, eres muy lenta, Adela. Aun si la casa se quemara, tu seguirías comiendo igual de lenta —respondió Mitzy, cruzando sus brazos.

—Si la casa se quemara, me iría corriendo... con los arándanos encima. —Sonrió con picardía—. Prioridades son prioridades.

—Lo tuyo es obsesivo.

—Déjame ser feliz con lo mío —respondió, dándose cuenta que había llamado la atención de todos los presentes en la sala—. Perdón...

—Tranquila, Adela, está bien —contestó Coltán con una suave sonrisa para luego mirar hacia Cael, el padre de Mitzy—. El asunto es que no va a ser posible y...

El móvil de Coltán recibió una notificación en su móvil. La miró de inmediato, viéndose las gotas de sudor caer por la frente.

—C-Cuprita me acaba de hablar —murmuró, tragando en seco.

—¿Y qué? —preguntó Cael, cruzando sus brazos.

—Dice que Sulfuro ha caído enfermo. O sea, no tendré la reunión con él, pero tengo que ir al trabajo para sustituirle por unas horas —murmuró, soltando un suspiro de alivio—. Menos mal. Normalmente Sulfuro se queda en la cámara de vigilancia, donde conservamos todas las especies.