Capítulo 27: Pelear, aunque todo esté perdido.

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Sangre y químicos. Por su nariz y boca entraban esos olores que la despertaron con angustia e incomodidad. Hacía fuerza con sus brazos, levantándose poco a poco del suelo con sus ojos llorosos abriéndose. Cerro su boca, parecía estar pastosa, como si hubiera comido algo que la hacía escupir a un lado.

Al levantarse, miró lo que la rodeaba. Cubrió su boca con su mano, viendo el cuerpo de ese monstruoso ser en el suelo sin vida alguna. Respiró con dificultad a la vez que se giraba, encontrándose con uno de los pocos edificios que se mantenía en pie.

«Mi tío —recordó, sintiendo una horrible presión en su pecho, como si dos martillos de gran tamaño estuvieran apretando su pecho y espalda para que no pudiera respirar—. Tenemos que ir a por él. ¿Dónde está Mitzy? ¿Dónde está Miver? No puedo ser la única con vida».

Vio sus armas en el suelo, acercándose a estas para agarrarlas y juntar los mangos para que fuera la lanza. Con ello en sus manos, clavó la lanza en el suelo y, como si su arma fuera un bastón, empezó a caminar. El primer paso hacia enfrente hizo que todos los golpes y cortes que había ignorado, volvieran como si ahora mismo estuviera peleándose con alguien. Apretó sus dientes con tal de no gritar, pero no sirvió de mucho, casi cayéndose al suelo de no ser que alguien la agarró a tiempo.

Se giró, y lloró al reconocerla.

—M-Mitzy...

—¿Estás bien, Arándano? —preguntó, sujetándola de un lado.

—E-Eso tendría que decirlo yo —murmuró a duras penas con una sonrisa dolorosa—. Creí que no te vería más.

—Caí inconsciente, pero sigo aun viva. Lo que no entiendo es porque estaba cerca de un montón de piedras que me cubrían del exterior. Que yo sepa había caído enfrente de Cuprita.

Adela abrió sus ojos, cayendo más lágrimas en estos.

—C-Creo que uno de los monstruos, Brecha, nos ayudaba. Nos protegió y los intentó hacer frente, pero al final murió por culpa de Rutilo —explicó, mira luego indicar con su mano el cuerpo del mencionado.

Mitzy lo vio de reojo y afirmó.

—Con eso solo nos queda buscar a tu tío, ya que Miver fue a por Sulfuro —supuso Mitzy.

—Sí, y creo que está en ese edificio —contestó, señalándolo.

Su base cilíndrica era lo que destacaba. Colores blancos y grises mezclados, creando de este un tipo de titán inmóvil que parecía estar a punto de destrozarlo todo por las grandes y pequeñas tuberías que se conectaban en el edificio al suelo.

—Pero Arándano, ¿segura que puedes con todo lo que tienes? —preguntó Mitzy, viendo como Adela se quitaba la sangre de sus labios.

—Quiero seguir, Mit. No me voy a rendir ahora. Iremos a por mi tío, los documentos y marcharemos de aquí —decidió Adela.

Mitzy soltó un suspiro largo.

—Me imagino que por mucho que te diga que no, vas hacer lo que quieres.

Adela afirmó sin dudar.

—Juré luchar a su lado sin importarme la dificultad, al igual que tú lo hiciste conmigo.

Mitzy no pudo evitar temblar, pero pudo controlarlo para al final respirar hondo.

—Está bien, Adela. Es todo o nada.

Con la ayuda de Mitzy, Adela pudo caminar con todas sus fuerzas, ignorando esos gritos de su cuerpo. Seguir adelante era llamar a la Muerte, pero había solo dos opciones, Huir o luchar. Y Adela ya se había cansado de escapar de algo que al final era inevitable.

IV - Sub-Código Alternativo | Alternative World [G.O]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora