XIX.- Falta un Idioma

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El suave rayo de sol que se filtraba por la ventana me despertó abrazando a Charles por la espalda, después de la charla el sueño nos había vencido y quedamos dormidos en la cama de Erick. Con cuidado, me deslicé fuera de la cama sin perturbar su sueño. Me cerciore de no hacer ruido mientras recogía la mochila que había preparado anteriormente y salía de la habitación.

El interior de la casa aún estaba en calma, ya que todos seguían descansando. Me dirigí a mi propia habitación, donde tenía preparada la ropa para salir. La ducha matutina me ayudó a despertar completamente, y rápidamente me cambié.

Siempre tuve esa idea de que tú serías la cuchara pequeña, no la otra persona escucho la voz burlona de mi hermano al salir de mi habitación.

Le lancé un pañuelo que tenía en la mano, tratando de golpearlo en tono de juego.

—Cállate, Carlos —respondí en tono juguetón.

—¿Qué manía tienes por lanzar las cosas? —me regañó, con una sonrisa en el rostro —, solo dime algo, no voy a ser tío otra vez, ¿cierto?

—No pasó nada, solo hablamos —le dije —¿Y tú qué tenías que hacer en la habitación de Iko?

—Fui a tu habitación a despertarte pero no estabas, entonces fui a la de Erick y los encontré.

—¿Quieres un café? —le propuse a mi hermano, dirigiéndome hasta la cocina —Papá dijo que nos esperaba con el desayuno allá.

Carlos asintió y se sentó en la mesa de la cocina, donde ambos esperamos que el café estuviera listo.

—Hola, buenos días —Lorenzo entró a la cocina seguido de Charles, ambos se acercaron a mí para dejar un beso en mi cabeza y después dar una palmada a mi hermano en la espalda.

El año pasado te quejaste de porque no te invitaba a mi casa y ahora duermes hasta en el cuarto de mi sobrino y entras a la cocina como si fuera tu casa —empieza a molestar Carlos a Charles.

Bueno ahora creo que me vas a ver más seguido por aquí —le dice el monegasco — Tienes que agradecerle a Erick.

Ahora que te llama papá, es algo lógico —menciona mi hermano, haciendo sorprender a Lorenzo —Tendrías que darme las gracias, porque yo le decía que serías su futuro padre.

—¿A quién llama papá quien? —preguntó el monegasco mayor en español aún con sorpresa.

Erick ayer le preguntó a Charles si podía llamarlo papá —le informé a mi mejor amigo mientras sonreía.

La noticia llenó la cocina de un cálido y conmovedor silencio.

Entonces oficialmente ya soy tío —escuchamos a Arthur al entrar a la cocina.

Una risa generalizada y un ambiente alegre llenaron la cocina. La familia y los amigos compartieron el desayuno, celebrando el nuevo capítulo en sus vidas y las conexiones que los unían de manera tan profunda y significativa.

 La familia y los amigos compartieron el desayuno, celebrando el nuevo capítulo en sus vidas y las conexiones que los unían de manera tan profunda y significativa

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