8. Un rayo de esperanza

71 15 5
                                    

Paris, Francia 7:00 pm (en algún motel)
Yennevie
Ya no cuestioné nada, no importaba si era un motel, un hostal o un auto, solo quería un lugar seguro en donde poder dormir, ya no quería estar despierta pues mis pensamientos me estaban torturando, si me hubiesen preguntando en ese momento cuál era mi mayor deseo sin duda hubiese respondido tener un botón para apagar mi cerebro, pero como no era posible ahí estaba intentando controlarme.

Al menos intenta actuar normal, o tan normal como podría ser entrar a un motel...

Levi me habló con más amabilidad ¿o acaso era mi imaginación?

No te preocupes, yo sabré actuar sólo pide la habitación...

Realmente el motel que habíamos encontrado no era tan malo como podía serlo, al menos se veía limpio y no había gente drogándose afuera de este (esa era mi percepción de un motel déjenme en paz) Levi hablo con el recepcionista en lo que yo me quedé parada en la puerta intentando disimular mis mareos lo mejor posible, cuando regresó mostrando una llave suspiré con alivio y sonreí, no tanto por que me sintiese feliz si no porque el recepcionista nos estaba viendo con curiosidad, me acerqué a Levi y lo tomé del brazo, podía decir que era para disimular pero lo cierto era que no creía poder caminar en línea recta sin ayuda, mierda de verdad me sentía horrible.

Él no dijo nada, de hecho me ayudó colocando su brazo en mi espalda y con el otro me dio soporte para que no me tambaleara al caminar, ambos avanzamos en silencio hasta la habitación y una vez que entramos y Levi cerró con llave la puerta caí rendida sobre la cama, sentía náuseas y el dolor de cabeza era insoportable pero eso no fue un problema para que me quedara rápidamente dormida, creo que no era solo la abstinencia para este punto lo que me estaba haciendo sentir así.

Levi
Me impresionó verla así, era frágil y vulnerable mientras dormía, no sabía que eso era físicamente posible, de hecho hasta se veía algo...linda.

¿Qué? ¿Qué carajo acabo de pensar? Debo de estar perdiendo la cabeza, eso debe de ser, decidí dejar de contemplarla y mejor concentrarme en algo de mayor utilidad, el motel tenía teléfonos en las habitaciones, luego de quitarme la chaqueta de piel para sentirme un poco más libre, la dejé al lado de la chica y después de asegurarme que Yennevie siguiera dormida marque el único número que sabía de memoria, cuando le llamé en el restaurante no me había contestado pero, debía seguir insistiendo.

El timbrar sonó una vez...
Dos...
Tres...
Mierda cuatro ojos responde...

Estuve a punto de colgar cuando por fin respondió, su tono era fuera de lo normal, no era ni alegre ni animado más bien sonaba severo.

¿Quién habla?

–Hasta que por fin respondes...

–¡¿LEVI?!

–Tch, no grites, no estoy sordo.

–¿Dónde demonios te metiste? Perdí el rastro de tu teléfono, tus padres no dejan de preguntar por ti y las fronteras de Paris se han cerrado.

–Te explicaré todo solo...
prométeme algo.

–Me estás asustando enano ¿Qué pasa?

Ví de reojo a Yennevie durmiendo, seguía con su semblante tranquilo y su respiración era un poco superficial.

Quiero que seas discreta con todo lo que vas a escuchar, no darás detalles innecesarios a nadie, esto queda entre tú y yo.

–¿A quien mataste?

Ruta de sangre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora