22.El fantasma del pasado

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«los pasajeros con asiento en el vuelo 223 con destino a New York Estados Unidos, favor de abordar en su respectiva terminal, su vuelo despega en 30 minutos»

—¡¿Te volviste a ir sólo, sin decir nada y en vuelo comercial?!

—Cuatro ojos deja de gritar no conseguirás nada con eso.

—Eres un...¡AHHHHHHHH! ¡CUÁNDO VUELVAS A FRANCIA TE JURÓ QUE TE VOY A...!

Alejé el teléfono de mi oído rápidamente, podía comprender que se preocupara por mi pero no iba a decirle: «voy a desaparecer otros días más, necesito hablar con mi prometida supuestamente fallecida porque quiero una explicación, vuelvo luego»

Mi padre sabe porqué estoy haciendo esto, no tienes porque preocuparte.

—Si te vuelves a meter en problemas yo no voy a ayudarte.

—Tranquila Hange regresaré pronto y entonces te diré todo.

—Ya no te creo nada enan...

Alguien chocó conmigo haciendo que su maleta se enredara con la mía y esto provocó que ambos cayéramos estrepitosamente al suelo.

¡Perdón tengo prisa!

Una voz agitada dio una explicación a gritos un poco torpe mientras aquel hombre de cabello claro salía corriendo con su maleta, de la prisa que llevaba arrancó la identificación de mi equipaje de mano y chocó contra varios pasajeros más que se limitaron a observarlo y algunos incluso lo insultaron.

Tch que fastidio.

Después de tanto escándalo Hange ya había dejado de gritar y la llamada había finalizado. Esto estaba siendo más complicado de lo necesario, además los nervios me estaban jugando en contra ¿y si esto era un error? ¿Y si no me reconocía? ¿Y si no quería hablar conmigo? ¿Y si su respuesta sólo me confundía más? Lo que fuera debía encontrar respuestas, debía saber ¿porqué se había ido sin decirme nada? ¿porqué había fingido su muerte si juraba amarme?

 Esto estaba siendo más complicado de lo necesario, además los nervios me estaban jugando en contra ¿y si esto era un error? ¿Y si no me reconocía? ¿Y si no quería hablar conmigo? ¿Y si su respuesta sólo me confundía más? Lo que fuera debía encont...

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Horas después estaba en un taxi con dirección al Condado de Westchester, en donde se supone que vivía, aunque claro Hange me había dado la información cuando no estaba tan molesta conmigo aun tenía mis dudas sobre el lugar, pero tenía dudas de todo en este momento por lo que decidí ignorar esa sensación extraña al menos por ahora.

Al llegar a la dirección vi un enorme edificio lleno de fotógrafos y periodistas estorbando el paso, por lo que pude ver por los varios afiches que tapizaban las paredes exteriores era el hogar de varios actores reconocidos de broadway, genial más gente para evitar.

Me acerqué al origen del escándalo solo para quedar atónito, ahí estaba ella, tan hermosa como siempre sonriendo a los periodistas con una niña en brazos, con aquellos ojos azules profundos, parecía que el tiempo no había pasado cuando sus ojos se posaron en mí por un instante, creo que me reconoció porque su sonrisa desapareció por un momento, luego de algunos segundos que para mí fueron como horas la mujer entró rápidamente a su edifico dejando a todos un poco consternados por el repentino cambio de actitud.

Ruta de sangre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora