21.¿Es amor?

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Mansión Ackerman 8:30 pm (salón principal)

—¡¿Cómo iba a saber que era Yennevie?!

—¡No tenías porque hablar de ella para comenzar Jean!

—¡No es mi culpa que la hayas metido en esto! Es más nosotros deberíamos de estar más molestos que tú ¿arriesgamos la vida por alguien que podría acabar con la nuestra por puro capricho?

—¡Silencio!

El fuerte y severo tono de voz de mi padre apagó la discusión de golpe, hasta ese momento no nos habíamos percatado de su presencia en las escaleras del salón.

Quiero explicaciones, en orden y sin alteraciones ¿comprendieron?

Sus pasos bajando y el golpe de su bastón fueron lo único que se escuchó durante ese lapso de tiempo, nadie se atrevería a desafiar la autoridad de Leffie Ackerman ni siquiera yo, sabiendo que no estaría del mejor humor del mundo, todos contuvimos la respiración hasta que estuvo frente a nosotros.

—¿Salvaste a la hija de Paolo?

—Si padre.

—¿Arriesgaste la vida de tu equipo por ella?

Asentí sin verlo a los ojos, si lo decía así sonaba demasiado torpe, pero era la verdad, había sido torpe al actuar así, no podía negarlo y no tenía justificación.

¿Y ahora le gritas a alguien que daría la vida por ti de ser necesario solo por defender a alguien que hasta hace unos días te estaba tratando de matar?

...

Bajé la cabeza y de pronto sentí el golpe, mi padre me dio una fuerte bofetada y yo no pude protestar, él tenía razón ¿qué demonios estaba haciendo? ¿Porqué estaba actuando así? Me sentí demasiado confundido, las miradas de Hange, Erwin y los demás no me estaban ayudando a sentirme mejor, de hecho estaba sintiéndome terriblemente idiota por haberles gritado, esperaba otro golpe pero en su lugar sentí unos brazos rodeándome.

Hablaré con todos después ahora déjenme a solas con mi hijo.

—Como usted diga señor Leffie.

Ni si quiera los vi marcharse, no quería verlos a los ojos aún,  solo escuché el sonido de todos aquellos pasos saliendo de la habitación, cuando por fin estuvimos solos papá me sonrió.

¿Y este aspecto? Pareces un jovencito de nuevo.

—Era necesario para escapar de Jeager.

—¿Ah si?—se rió mientras me despeinaba el cabello y caminaba hacia el sofá—. Siempre encuentras alternativas a situaciones comprometedoras, nunca había visto que usaras un disfraz.

—La situación era diferente.

—¿La situación o la compañía?

—Padre créeme que me queda claro que actué sin pensar, no volverá a...

Levantó la mano y me hizo un gesto para que me sentara a su lado, luego colocó un viejo libro en mis manos.

¿Romeo y Julieta? estas historias nunca me han gustado, son demasiado estúpidas y carecen de sentido racional.

—Acabas de definir de manera perfecta tus últimas acciones hijo.

El silencio regresó, era verdad había actuado de la manera más impulsiva y estúpida, pero no había forma de que la explicación estuviese en ese libro ¿verdad? Después de todo esta historia en particular trataba de dos adolescentes precipitados que habían tomando pésimas decisiones a causa de un amor desenfrenado.

Ruta de sangre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora