33.En mi sangre

38 8 3
                                    

Levi Las palabras de pronto sonaron como un eco distante, el rostro de los demás pareció borroso ¿Erwin había muerto? Eso no sonaba como algo posible, tenía que ser una broma cruel pero al escuchar el llanto descontrolado de Hange tuve que creer e...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Levi
Las palabras de pronto sonaron como un eco distante, el rostro de los demás pareció borroso ¿Erwin había muerto? Eso no sonaba como algo posible, tenía que ser una broma cruel pero al escuchar el llanto descontrolado de Hange tuve que creer en la noticia.

¡Y fue el maldito de Paolo! ¡Todo esto es tu culpa!

Hange intentó lanzarse sobre Yennevie pero logré sujetarla, mi padre me ayudó intentar calmar a la castaña pero los demás también comenzaron a atacar a la pelinegra que cayó de espaldas contra el sofá cuando intentaba retroceder.

—Si está zorra resbalosa no se le hubiese metido en los ojos a Levi nada de esto habría pasado...

Escuché murmurar a Jean mientras iba contra ella y aunque quería defenderla también tenía que calmar a Hange porque para este punto parecía más una criatura salvaje que un ser humano.

—Yo no...

Yennevie murmuró un poco intimidada mientras se ponía de pie pero Jean que era el segundo más conmocionado la arrojó de nuevo mientras le gritaba con más y más ira.

—!Desde París solo has sido una piedra en el zapato de todos nosotros, tuvimos que arriesgar nuestras vidas para asegurarnos de que tú maldito trasero estuviese a salvo y aún así dejaste que tu padre...!

—¡Yo no supe nada sobre ese plan!

Se defendió ella como pudo, su voz resonó en la habitación, si soy sincero parecía un conejo asustado pero sabía que ella no era un conejo y era cuestión de segundos para que explotara.

Erwin estaba vivo cuando nos llevó al...

El castaño la interrumpió asestándole un golpe en la cara, perdí la compostura ¿cómo se atrevía a tocarla? Me giré rápidamente para ver el rostro de mi papá pero él estaba mucho más concentrado en calmar a los demás que en presenciar aquella discusión y yo aún tenía sujeta a Hange que no dejaba de proferir insultos y patadas.

Lo que pasó a continuación fue muy rápido, apenas segundos bastaron para que Jean la acorralara contra el sofá y lo siguiente que escuché fue un disparo y al hombre en el suelo, Yennevie había logrado quitarle el arma que llevaba en la cintura y le había disparado en la pierna derecha, todos los presentes la vieron escandalizados, ella por su parte vio el arma en sus manos y luego levantó la vista.

No...no quise...

—¡Eres una maldita!—espetó Hange con los ojos inyectados en sangre y un tono de voz mortal y tajante—.Tu padre mato a nuestro líder, a nuestro compañero, a mi otra mitad y ahora vienes a invadir una casa que no es tuya, te quieres hacer la víctima en todo esto y hieres a mis amigos...

Sentí un golpe sumamente fuerte en el rostro, la nariz me dolió como nunca y la vista quedó borrosa por un momento, la mujer había logrado safarse de mi agarre y ahora estaba frente a la pelinegra intentando atacarla y aunque al inicio no entendí porque se había quedado quieta mis dudas se resolvieron en cuanto vi el arma con la que apuntaba.

Ruta de sangre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora