35.Te elijo a ti

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Levi (en algún lugar de Roma)

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Levi (en algún lugar de Roma)

¿Cómo es que pasé de estar con el amor de mi vida siendo feliz en la ciudad que me enseñó a apreciar la vida a una guerra con mi propia familia? Hange está goleándome una y otra vez y Jean seguía lanzando insultos e improperios al aire, todos los demás estaban conmocionados y no sabían que hacer, mía padre ordenó que todos se calmaran pero la cuatro ojos no escuchaba razones.

Por fin me arte y sujeté sus manos con fuerza, me la quité de encima y la lancé contra el sofá no tan fuerte como para dañarla pero si lo suficiente para que entendiera que ya había agotado mi paciencia.

—¡Ya basta! ¡Esto no nos va llevar a nada maldita sea! Jean ¿cómo está tu herida?

—No estaría herido de no ser...

—No te pregunté lo que podría ser carajo, respóndeme sin hacer esto aún más grande ¿cómo demonios está esa herida?

Redobló frustrado y le pidió a Sasha que se apartara.

Viviré si es lo que te importa, no logro darme en algún lugar importante y gracias a Sasha el sangrado parece estar controlado.

—Llamen a el médico familiar, díganle que atienda a Jean

Le ordené a Connie quien comenzó a marcar rápidamente y salió de la habitación para poder hablar sin la interrupción de los demás presentes.

Necesito un auto y...

—No estás hablando enserio ¿verdad? Dime por favor que no piensas ir a buscar al grandísimo tonto

Hange exclamó, sin duda era la más alterada de todas, por su parte mi padre se mantuvo un poco al margen, estaba hablando con los guardias de la casa mientras mi madre parecía pensar en algo ¿Cómo demonios iba a arreglar esto?

Es mi novia, me preocupo por ella

—¡¿Tú novia?! ¡Mierda Levi por culpa de ella y su padre Erwin ya no está! ¿Porqué te cuesta ta yo entenderlo? Yennevie es hija de ese estúpido ¿Cómo sabes que esto no es solo otro de sus planes para borrarte del mapa?

—Hange escúchame...

—¡Carajo no! ¿Quieres dejar de pensar con la cabeza equivocada y ver las cosas como son?

—¡Mierda cuatro ojos controlate! A mi también me duele ¿esta bien? Erwin era como un hermano para mi, pero peleando no lo vamos a traer de vuelta.

—¡Bien! No peleemos más pero ni se te ocurra traer a esa maldita chica de nuevo.

—¿O si no que? Yo confío en ella, la conozco mejor que ustedes y se que no tiene nada que ver con esto...

Ruta de sangre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora