8. Ashley

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A la mañana siguiente no podía parar de pensar en la cena de anoche que, a decir verdad, me sorprendió bastante, pues al final no me resultó tan insoportable como esperaba. Podría decirse que hasta me lo pasé bien con Connor.

Espera, ¿estás sonriendo? ¡Qué va!

La primera mitad de la mañana transcurrió tranquila, ya que habíamos tenido asignaturas que se me daban bien. Por ello, llegué a la hora del almuerzo con bastantes ánimos.

No pasé por la cafetería como de costumbre, en cambio me dirigí directamente al jardín exterior, donde Aiden me había dicho de encontrarnos. Tras andar unos minutos lo encontré sentado a la sombra de un árbol y me acerqué a él.

-¡Ey!

Él me sonrió y posó sus labios sobre los míos.

-¿Cómo es que me has dicho de vernos aquí?

-Bueno, me apetecía estar a solas contigo y ¿qué mejor lugar que dónde surgió lo nuestro?

-Ohhh. No me había dado cuenta.

-Siempre tan despistada.

-¡Eh!

Aiden se rió y a continuación abrió su mochila.

-Te he traído un sándwich.

-Gracias, eres el mejor.- dije y le dí un beso en la mejilla.

-Por cierto, ¿qué tal la cena anoche? ¿Fué tan aburrida como esperabas?

-Pues si te lo cuento no te lo vas a creer.

-¿Qué pasó?- preguntó Aiden intrigado.

-Pues resulta que cuando ya estábamos en el restaurante llamó la madre de un amigo de mi hermano para decir que había vomitado en el cumple de su hijo.

-Ay, pobre.

-Sí, aún sigue malo. Tiene que haber cogido un virus o algo.

-Joder. Pues ya podrían haberos avisado antes de salir de casa, porque para tener que volveros...

-Eso es lo más gracioso de todo. ¿Te puedes creer que mi padre me obligó a quedarme cenando con Connor?

En ese momento la expresión de mi novio cambió un poco. Se ve que no le hizo tanta gracia como esperaba. Algo que me extrañó, pues siempre solíamos reírnos de las encerronas que nos hacían habitualmente nuestros padres.

-¿Y cómo fué? ¿Te estuvo dando el coñazo hablándote de lo genial que es? ¿O intentó hacerse el chulo contigo?

-Pues, al principio un poco pero luego, sorprendentemente, fue agradable.

-¿En serio? No sé cómo puedes decir eso de alguien como Connor.

-No me malinterpretes. No quiero decir que Connor sea mi amigo ni nada por el estilo, la gran mayoría de las veces es insoportable. Sólo digo que anoche se relajó un poco.

-Ah, qué bien.

Me molestó el tono tan borde que Aiden estaba utilizando conmigo, rara vez se dirigía a mí de esa forma. No entendía qué bicho le había picado, así que le pregunté.

-¿Estás bien?

-Sí, ¿por qué?

-No sé, me estás hablando muy borde. Tú no sueles ser así conmigo.

-Bueno, a ti tampoco te suele caer bien la gente como Connor.

-Ya, pero sabes que eso no siempre es así. Míranos a nosotros.

Mi protagonistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora