Todavía tenía una sonrisa plantada en la cara cuando Ashley y su querido Ken se alejaron de la cocina. Y es que por más que lo negara o intentara evitarlo, sabía que me prefería a mí. A él no lo miraba de la misma manera, no se ponía igual de nerviosa cuando lo tenía cerca y dudo que el niñito de mamá ese fuera capaz de ponerla la mitad de cachonda que yo.
¿Qué? Es la verdad.
Porque por mucho que le reventara por dentro, Ashley no era capaz de resistirse cuando me tenía cerca. Lo sabía con seguridad. Y lo sabía porque ella causaba exactamente el mismo efecto sobre mí.
Por ello, decidí presionar un poquito en la situación y volver al exterior de la vivienda, donde estos se encontraban jugando de nuevo al baloncesto con el pequeño Luke. Me quedé apoyado en la cristalera que dividía el salón del jardín observándolos fijamente y en cuanto Ash se dio cuenta de que tenía la mirada clavada en ella, comenzó a ponerse nerviosa y fallar tiros sin parar.-¿Qué pasa, Ash? ¿Te encuentras bien?- preguntó el Troy Bolton al ver que su chica estaba algo despistada.
-Sí, sólo estoy empezando a sentirme algo cansada?A continuación me dedicó una mirada de advertencia con intención de hacer que parase de mirarla así, pero lo único que consiguió fue que se me escapara una pequeña risita. Me encantaba hacerla enfadar, estaba tan adorable cuando intentaba darme algo de miedo...
¿Pero qué está haciendo esta tía contigo?
-¿Segura? Si quieres paramos un rato.
-Sí, segurísima.- contestó Ashley tajante manteniendo aún la atención sobre mí de reojo.Y es que si Ash era enfadica, lo era aún más competitiva. Y más aún cuando se trataba de mí. Porque aquello ya no era una competición de baloncesto, sino de orgullo.
Por ello, continué mirándola y no sabría decir quién de los dos estaba saliendo realmente. Porque sí, ella estaba distraída por mi culpa, pero yo me estaba fijando en cómo se le movía el pelo al correr, en cómo se le subía el vestido al ras cada vez que daba un salto, en cada gota de sudor que le caía por la cara, en cómo por culpa de dicho sudor se le pegaba la ropa aún más al cuerpo, en cada jadeo que se escapaba de sus labios por culpa del cansancio... y todo aquello estaba empezando a ponerme cachondo.Joder, Ash. ¿Por qué causas esto en mí?
Pero entonces volvió a fallar un tiro y tuve que salir de mi ensoñación porque la protagonista de esta se dirigía hacia mí dando grandes zancadas muy enfadada.
-¿Se puede saber qué te pasa?- escupió.
No pude evitarlo y se me volvió a dibujar una sonrisa de oreja a oreja, pues había ganado la partida.
Connor 1, Ashley 0.
-¿A qué te refieres, mariposilla?
Sus ojos se encendieron por culpa de la rabia y retuvo en sus labios lo que fuera que se le hubiera pasado por la cabeza decirme para al final añadir. -No te soporto.- Y entrar a toda velocidad por el umbral que daba paso al salón.
Yo por mi parte, no me contuve y salí detrás de ella.-¡Venga, Ash! Era una broma.
Sin embargo, esta seguía ignorándome mientras avanzaba a toda velocidad por la sala. Tanto que en un momento ya estábamos a punto de comenzar a subir las escaleras.
-Además, he de admitir que estabas muy sexy jugando con ese vestidito que te has puesto hoy.
Entonces sí que se detuvo en seco y se giró hacia mí.
-¿No te cansas nunca?
-¿De ti? Extrañamente aún no.De pronto sus mejillas ya sonrosadas por el ejercicio se encendieron aún más.
-Por favor te lo pido, Connor. Déjame en paz.- dijo pero seguía sin moverse de allí.
A continuación, me acerqué aún más a ella y le susurré al oído. -Ambos sabemos que no quieres tenerme lejos.
-Voy a darme una ducha.- añadió.
-¿Eso es una invitación para que suba contigo?Esta vez se puso completamente roja. Sin embargo, se dio media vuelta y comenzó a subir las escaleras mientras decía. -¡Olvídame, Connor!
Me quedé allí mirando ese cuerpecito que tenía y que conseguía volverme loco embobado hasta que alguien habló tras de mí.
-¿Qué le pasa? ¿Está bien?
Al girarme me encontré con el Pinypon ese y la sonrisa se me borró inmediatamente del rostro.
-Sí, solo algo acalorada.- respondí con algo de malicia.
-Ah, debería ir con ella.Aiden hizo el amago de subir las escaleras pero lo bloqueé plantando mi mano sobre su pecho. No sabía muy bien qué estaba haciendo ni por qué, pero como Ashley se enterase me mataría. Aunque en aquel momento poco me importaban las consecuencias de mis actos.
-Ya...ha dicho que iba a darse una ducha. Así que creo que no hace falta, tío.
Le di un leve empujoncito para apartarlo de la escalera y su expresión ya de por sí seria, cambio a una aún más ruda. Sin embargo, algo en él hizo que lo dejara estar y se dio media vuelta para volver al jardín.
He de admitir que yo en su situación lo hubiera matado.
¡Bah! Me la suda lo que piense. En ese momento sólo tenía clara una cosa: si yo no subía arriba con Ash, el Playmobil tampoco. Iba a seguirlo hasta el jardín, pero entonces recibí un mensaje que me puso los pelos de punta.
Se trataba de una foto. Y no una cualquiera, sino de Ashley en su habitación a través de su ventana. Además, iba acompañada de un mensaje: "Nos vemos en la taberna en media hora."
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Mi protagonista
Romance¿Qué pasaría si tuvieras que convivir con un actor famoso? Ashley está harta de vivir en el mundo de ensueño de su padre, Robert Walker, un prestigioso director de cine. Pero la gota que ha colmado el vaso, es que este decida alojar en su casa a uno...