11. Ashley

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Pasó una semana y llegamos al primer partido de baloncesto de la temporada. Todo el mundo estaba alborotado, especialmente las animadoras y los jugadores del equipo, entre ellos Aiden.

-Tengo que sobresalir en el partido de hoy, el inicio de temporada es muy importante.

-Seguro que lo haces.

-Sí, aunque me hubiera gustado que tú estuvieras animándome.

-Lo haré desde la grada, tonto.

-No es lo mismo...

Me sentía un poco mal por no haberme apuntado a lo de ser su animadora, pero es que aquel grupo de chicas repelentes podían conmigo.

-Aiden, dijiste que estarías contento si yo también.

-Sí, sí, perdón. No quería hacerte sentir mal.

Le dediqué una sonrisa de agradecimiento. Entonces sonó el timbre que indicaba que el descanso había llegado a su fin.

-Bueno pequeña, te veo en la grada.

-¿Desde cuándo me llamas pequeña?

-Desde que eres mi pequeñita.

-¡No lo soy!

-Claro que sí. Te quiero, Ash.- añadió mientras se alejaba de mí.

-Y yo a ti, imbécil.

Unas cuantas clases después llegó el final de la mañana, lo que significaba que ya sólo me faltaba ir al club de lectura. Muchas personas se iban a saltar la clase de aquel día para poder tener más tiempo para arreglarse para el partido y la posterior fiesta que ya estaban planeando. Yo en cambio, prefería asistir. Aquel día anunciarían e introducirían el primer libro que debíamos leernos y sentía mucha curiosidad. No había empezado ningún libro nuevo por mi cuenta para reservarme para la optativa y estaba deseando leer lo que fuera.

Al llegar al aula descubrí que estaba completamente vacía. ¿De verdad había sido la única que había asistido? Incluso el profesor se sorprendió al verme allí.

-Ashley, pensaba que ya nadie iba a venir.

-Sí, yo empiezo a pensar lo mismo.

A continuación me senté en uno de los pupitres. Pasaron unos minutos y el profesor y yo seguíamos esperando a que apareciera alguien más, por lo que él dijo.

-Bueno, si quieres tómate esta clase libre. No puedo avanzar en materia si falta todo el mundo.

-¿Ni siquiera decirme cuál es el libro que tenemos que leer?

El profesor se rió ante mi reacción.

-Si quieres puedo decírtelo, si tanta ilusión te hace.

De repente, cuando ya pensábamos que era imposible, alguien atravesó la puerta a toda prisa y, por sorpresa para mí, se trataba de Connor. Él sí que era la última persona que me hubiera imaginado que aparecería.

-Lo siento, se ha alargado el rodaje.- dijo apresurado mientras se sentaba.

-No te preocupes Connor, hoy no vamos a dar clase. De hecho, iba a irme.

-¿Por qué?

-¿Es que no ves que la clase está vacía?- intervine entonces.

En ese momento, su mirada se cruzó con la mía por primera vez, provocando que se formara aquella sonrisa pillina en su cara, lo que hizo que mi estómago se llenara de millones de mariposas.

¿Pero qué me pasa?

-Sí, no podemos hacer nada así. Le iba a decir el libro que leeremos a Ashley y luego iba a concluir la "clase", si es que se le puede llamar así.

Mi protagonistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora