-¡Qué raro! No me diste esa impresión cuando intentaste besar a esta princesita.
Aquellas palabras resonaron en mi cabeza más fuerte de lo que era capaz de soportar. No había conseguido sacarme de la cabeza aquel momento por más que lo hubiera intentado. Por no hablar de lo difícil que se me estaba haciendo mantenerme alejado de Ash. Pero sabía que no tenía otra opción, pues ella estaba salía con Aiden y no me malinterpretéis, no es que me importase algo aquel imbécil, pero Ashley era capaz de generar algo en mí que no entendía y peor aún, no sabía controlar. Me hacía ser vulnerable y parecer un completo gilipollas, y eso no iba con Connor Hunt.
Por eso, por mucho que su postura recostada sobre la mesa y las intenciones que tan poco se disimulaba en esconder me tentaran a abalanzarme sobre ella y demostrarle qué era que Connor Hunt te besara, decidí hacer como si su simple presencia no provocara que se tensase cada músculo de mi anatomía. Tratarla como una cualquiera más.
-Sólo estaba jugando contigo, cómo se nota que vives en un cuento de hadas.- mascullé.
La reacción de su mirada fue suficiente para que una punzada me atravesase el pecho. Por ello, dejé de mirarla con aire indiferente y devolví mi atención al bol de cereales. Noté como recuperaba distancia conmigo y se apartaba de aquella mesa en la que me había imaginado millones de escenas no muy elegantes con ella. Sin embargo, no se fue de la cocina. Se quedó allí plantada de pie frente a mí y cuando fuí capaz de echarle un vistazo, el estómago se me revolvió. No sabría bien explicar qué fue lo que ví en su rostro, quizás decepción, diría que incluso ira. Y el simple hecho de siquiera concebir la idea de que yo provocaba en Ash un pequeño atisbo de lo que causaba ella en mí, hacía que mi cuerpo saltara de ganas de acortar las distancias entre nosotros y demostrárselo.
No era capaz de contenerme, necesitaba que se marcharse de allí cuanto antes, así que decidí refugiarme en el Connor Hunt al que todos conocían, ese frío y arrogante que, por alguna extraña razón, solía desaparecer cuando estaba a su lado.
-Anda, date una ducha bien fresquita a ver si así vuelves a la realidad. Además, después de la carrera no te vendrá mal.
Entonces, por primera vez desde que había aparecido por la cocina, Ashley apartó la mirada de mi persona. A continuación, agarré el croissant que tenía en el plato y salí de la cocina. No podía estar cerca de ella ni un segundo más mientras se me insinuaba descaradamente o mi posición de indiferencia acabaría cayéndose al suelo. Ashley también salió de la cocina y por sorpresa para mí, abandonó de nuevo la vivienda.
Llegadas las siete de la tarde estaba tirado en mi cama mientras que repasaba las escenas que grabaría el próximo lunes en el rodaje y alguien tocó mi puerta para entrar.
¿Ashley?
Sí, fue lo primero que se me vino a la cabeza pero, cuando la palabra "pasa" se escapó entre mis labios, no fue ella quién cruzó la puerta de mi habitación, sino su padre, por lo que inmediatamente me incorporé de la cama.
-Robert.
-Espero no pillarte en mal momento.- dijo con una sonrisa en la cara.
-Para nada, dime.
-No, no te alarmes. No es nada importante. Sólo venía a porque me gustaría invitarte a un pequeño evento esta noche. ¿Te viene bien?
-¡Por supuesto! Cuenta conmigo. ¿De qué evento se trata?
-Nada en especial, simples formalismos. Nuestra productora audiovisual ha organizado una con todos los colaboradores de esta. Ya sabes: plataformas, marcas a las que promociona, actores, influencers...
-Entiendo.
-Es lo que conlleva estar en este mundillo, hay que acudir a eventos así bastante a menudo. Que no me quejo, ¡eh!
Dicho eso, a Robert se le escapó una carcajada y yo me contagié de él.
-Sí, tiene su punto...- bromeé.
-No sabes cuánto me alegra que digas eso, últimamente estaba empezando a pensar que estos formalismos estaban empezando a ser cosa de Boomers.
-¿Boomers? Nunca imaginé que escucharía esa expresión viniendo de ti.
-¿A que sí? ¿Quién iba a decir que hay un hombre normal y corriente detrás de Robert Walker?
-Te entiendo... Pero, ¿por qué dices eso de las galas? Entre actores y nuevos influencers, suelen llenarse de gente joven.
-Sí, tienes razón. Supongo que lo digo por mi indomable hija.
-¿Ashley?
-No es muy fan de lo que hago, incluso diría que de mi persona.
-No creo que eso sea cierto...
-Es cierto que ella es diferente pero últimamente, no se... Pensaba que con la edad iría entendiéndolo pero parece que no.
De pronto, la conversación con Robert captó al cien por cien mi curiosidad, pues quién mejor que su padre podría desciframe mejor todo lo que no era capaz de entender acerca de Ashley.
-¿Diferente? ¿En qué sentido?
Entonces Robert frunció el ceño y me miró con curiosidad.
Mierda, ¿se habría dado cuenta?
-Lo siento, me he ido por las ramas. Estate listo a las nueve.- anunció mientras se acercaba a la puerta de mi habitación.
-¿Va a venir esta noche?
No lo pude evitar, se me escapó. Por lo que inmediatamente intenté rectificar y disimular un poco mi interés.
-Quiero decir... quizás pueda ayudarte e intentar hablar con ella. No es lo mismo que tu padre te diga que hagas algo a que te anime un amigo.
-¿Ashley y tú sois amigos?- se interesó.
-Sí, bueno... nos llevamos bien. Nos estamos conociendo, ¡sí! Al fin y al cabo tenemos que convivir y me ha ayudado a adaptarme en el nuevo instituto.
-¿En serio?
-¡Claro!
Robert se quedó unos segundos que se me hicieron eternos analizándome desde la puerta y cuando pensé que sospechaba algo y no era capaz de soportar más la tensión, anunció.
-A mí me ha rechazado, pero a ver si tú eres capaz de convencerla.
Finalmente, abandonó mi habitación y cerró la puerta tras de él.
¡Joder!
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Mi protagonista
Romance¿Qué pasaría si tuvieras que convivir con un actor famoso? Ashley está harta de vivir en el mundo de ensueño de su padre, Robert Walker, un prestigioso director de cine. Pero la gota que ha colmado el vaso, es que este decida alojar en su casa a uno...