5. Connor

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Me desperté con un sueño de la hostia. ¿Qué necesidad había de empezar las clases tan temprano? No tenía ganas de ir al instituto, en ese momento lo único que tenía en mente era empezar de una vez por todas mi nuevo rodaje. La etapa post estreno de mi última y también primera película había estado bien: lleno de galas, entrevistas y sesiones de fotos a las que asistir. Pero por otro lado, echaba de menos ponerme delante de una cámara y experimentar las emociones de un personaje. En cambio, hoy no sería posible, tenía que aprovechar los días libres para avanzar con los estudios.

Entré en la cocina para comer algo antes de irme a clase o al menos tomarme un café y allí fue donde me encontré con ella. La niñita de papá. Era la típica niña pija que disfrutaba de todas las ventajas de la vida de sus padres sin tener que haber trabajado por nada de ello. Es cierto que lo que yo hacía tampoco requería ensuciarme mucho las manos, pero al menos a mí ya no me mantenían. Ella estaba de espaldas a mí preparándose un café, así que no se había percatado de que la estaba observando.

-¡Anda! La princesita ya está despierta.

-¿Cómo dices?- se giró ofendida.

Me gustaba hacerla enfadar. Era demasiado fácil. Por ello, sonreí maliciosamente y añadí.

-Sí, yo creí que lo de levantarse temprano no iría contigo. Ser la niña de papá tiene que tener sus ventajas, ¿no?

-¿Ah, sí? ¿Y cómo va eso de ser "famoso" y tener que rodearte de la plebe?

-Para mí son más que eso, son mi preciado público.

-Sí, ya...

Me acerqué para incomodarla un poco más. A lo que ella reaccionó poniéndose aún más nerviosa. Acorté la distancia lo máximo posible sin retirar la mirada de sus ojos y cuando conseguí que su pulso se acelerara, añadí.

-Por cierto, gracias por el café.

-¿Qué?

Le retiré la taza de la mano y le pegué un sorbo. Cuando Ashley reaccionó ya era demasiado tarde.

-¿Pero qué te crees?

-Recuerda. A mi completa disposición.

Ella me dirigió una mirada de odio y salió de la cocina.

Cuando me terminé el café, salí a la entrada. Donde me encontré a Ashley apoyada sobre el que supuse que era su coche. Nada más que un Audi R5 de color blanco.

-Para no ser una niña pija tienes un buen coche.

Ella puso los ojos en blanco e ignoró mi comentario.

-¿Vienes conmigo o pasas?

-¿Y ese interés mariposita?

-¿Mariposita? ¿Qué coño dices? No estás en una de tus absurdas comedias románticas. Mi padre me ha dicho que te lleve, imbécil.

-Paso, iré en mi coche.

-Bien, espero que tu minúsculo cerebro sea capaz de seguir las indicaciones del navegador.

Acto seguido, saqué las llaves de mi bolsillo y abrí mi Tesla Roadster rojo. Me subí en él mientras que Ashley me fulminaba con la mirada y salí a toda velocidad de la calle.

Cuando llegué al aparcamiento del instituto y me bajé del coche no pude ignorar las centenas de miradas que se dirigieron hacia mí. Todo el mundo empezó a cuchichear y eso hizo que mi ego creciera un poquito. Unos minutos más tarde, Ashley apareció en el aparcamiento y me di cuenta de que también hacía desviar miradas. Finalmente, decidí acercarme a ella.

-Veo que a ti también se te quedan mirando. No sabía que fueras famosa.

-Gracias, no me había dado cuenta.- contestó de forma sarcástica.

-Espera, ¿te incomoda?

-No, estoy acostumbrada. Pero veo que para tí es algo nuevo.

De repente un grupo de chicas se nos acercó y bloqueó el paso.

-¿Conoces a Connor Hunt, Ashley?- preguntó una.

-Por suerte o por desgracia. Pero mejor que os lo cuente él mismo.

Se giró hacia mí y me dedicó una sonrisa irónica.

-Disfruta de tus fans.- me susurró.

Acto seguido, siguió su camino hacia la entrada y me dejó allí rodeado por aquellas chicas.

Mi protagonistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora