Al salir corriendo del aula de lectura, llegué a mi casa con la cabeza llena de humo. No era capaz de sacarme a Connor de la cabeza por más que lo intentara y era extraño porque mi cuerpo me pedía a gritos volver a buscarle mientras mi cabeza me hacía sentir más culpable que en toda mi vida. Porque sí, alguna vez había discutido con Aiden o incluso había llegado a hacerle daño, pero jamás le había traicionado.
Eso no. Aiden era mi mejor amigo desde siempre y no podía hacerle eso, no a él. Por ello, me prometí a mí misma que a partir de aquel momento me iba a mantener alejada de Connor. Porque podía dejar que me mangonease, que me confundiera, que me hiciera enfadar... pero jamás que hiciera daño a alguien a quien quería con todo mi corazón.
Me di una ducha de agua fría para intentar sacar todo el barullo de mi cabeza y a continuación empecé a preparame para el partido pero cada vez que se acercaba más la hora de irme, tenía menos fuerzas para afrontarme a la situación de ver a Aiden cara a cara después de lo ocurrido con Connor.
¡Dios! ¿Por qué me sentía tan culpable?
No lo entendía, no quería sentirme así. Y en cierto modo, no era mi culpa. Al fin y al cabo yo no había hecho nada, había sido el estúpido de Connor.
Se lo has permitido, guapa.
Sí, puede que sí que tenga un poco de culpa.
De repente, mi móvil empezó a sonar y al cogerlo, descubrí que Yasmine me estaba llamando. A continuación, descolgué.
-¡Tía! ¿Dónde estás?- chilló mi amiga al otro lado de la línea.
Me aparté el móvil de la oreja.
¡Joder! Que gritona es.
-En casa, ¿por qué?
-¿Cómo que por qué? El partido ha empezado ya.
-Mierda.- susurré.
En ese momento me dí cuenta del ruido que se escuchaba de fondo.
-Vale, enseguida voy.
-Te noto rara, ¿estás bien?
Me quedé en silencio. Por un lado, no quería hablar de lo sucedido con Connor, pero por el otro sentía que necesitaba hablar con alguien, sin embargo no era capaz de expresar en voz alta lo que había pasado. Por suerte para mí, no hizo falta, ya que mi silencio me delató.
-Ay dios, ¡ha pasado algo!
-Sí, pero...
-¡Cuenta ya!
Intenté buscar las palabras pero era incapaz.
-Mejor te lo cuento cuando nos veamos allí.
-¡No! Ni se te ocurra dejarme con la intriga pedazo de...
Colgué el teléfono y se me escapó una risita. Me hacía tanta gracia que Yas fuera tan ansiosa, cualquier tontería la emocionaba. He de reconocer que muchas veces la envidiaba.
Finalmente, me armé de valor y conduje de nuevo al instituto. Sin embargo, sentía un miedo horrible a encontrarme con Connor. Quería pensar que ya se habría ido de allí. Aparqué y me encaminé a la puerta del gimnasio pero a mitad de camino, mi amiga me asaltó.
-¡Desembucha!
Quería reírme pero en aquel momento no era capaz.
-Yas, es difícil de contar.
-Ay madre, ¿estás bien?
-No.
Y ahí, sin siquiera esperarlo, exploté por primera vez.

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Mi protagonista
Romansa¿Qué pasaría si tuvieras que convivir con un actor famoso? Ashley está harta de vivir en el mundo de ensueño de su padre, Robert Walker, un prestigioso director de cine. Pero la gota que ha colmado el vaso, es que este decida alojar en su casa a uno...