7. De preocupaciones

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-¿Entonces este apuesto hombre padre de familia de peinado peculiar te invito a una cita en el acuario? -Ace asintió con calma-. Después de eso tú me diste una pálida a tres tipos que intentaron propasarse con Deuce y contigo -Ace volvió a sentir-. Marco, es doctor así que casualmente te llevo a una oficina sola a curarte, porque, también casualmente, uno de sus hermanos es dueño del club -Si era sincero: el cuello ya comenzaba a dolerle-. Todo esto llevo a qué ustedes se acercarán al punto de casi besarse. Pero fueron interrumpidos por Deuce quién estaba muy preocupado por ti.

-Viéndolo así suena como una historia mal escrita, Bo.

-Aunque resulta que ni siquiera estabas lastimado, era la sangre de los otros tipos y sólo tienes rojos los nudillos por la fuerza. Él y su hermano los llevaron al departamento de Deuce, dónde me llamaste diciendo que teníamos que vernos de manera urgente. Y hemos aquí, tú sonrojado de solo pensar en ese tipo y yo aprovechando para pedir todo lo que quiera comer.

El rubio termino de resumir todo para que su cerebro fuera capaz de analizar todo. No es la primera vez que su hermano mayor se mete en peleas en un bar, el mismo lo ha hecho, Luffy las ha tenido, por dios es que parece una cosa de familia conseguir conflictos.

Así que en ocasiones le gustaba mirar todas las perspectivas.

Mientras su hermano se desahogaba y dejaba salir todo lo que tenía que contar, Sabo aprovechaba el amor y la cartera de su hermano para comer.

La universidad no lo estaba tratando muy bien, pero debía aguantar un poco más. Incluso había bajado de peso.

-Parece que le gustas. Y que te gusta también. Ya aceptaste la cita así que aprovéchalo para conocerlo mejor.

El pecoso suspiro antes de pedir un poco más de comida para Sabo. Es que incluso ya se le marcaban un poco los huesos, era común que tanto Sabo, Luffy y él comieron demasiado, pero ahora mismo su hermanito rubio se empinaba la comida.

Cocinaría un poco más y visitaría a su hermano mucho más seguido para asegurarse de que esté bien.

Sabo intentaba sostenerse a si mismo, las becas para su colegiatura, su empleo para pagar sus gastos. Aunque también recibía dinero mensualmente de parte de su abuelo, y un poco más de parte de Ace.

-¿Debería decirle que lleve a Dai? Quisiera que fuera con nosotros, pero no quiero que piense que estoy involucrando demasiado a su hijo.

-Espera a que él te pregunté, el niño ya te adora. Pero es Marco el que decidirá si es una cita sería o si no lo es. Ya conoces al niño, no tiene caso que no lo lleve a un acuario. Comprendería si fuera en otro lugar con restricción a menores.

-Sigo sintiéndome patético de pedirle consejos a mi hermano menor. Normalmente es al revés.

-Y normalmente los hermanos mayores pagan, así que ordenemos más comida.

El pelinegro no se molesto con aquel comentario. Si podía permitírselo: le gustaba consentir a sus hermanos. Ayudaba a Sabo con sus gastos, y también le enviaba a Luffy un poco de dinero para sus viajes. aunque según había visto su hermanito se limitaba muchísimo a tocar dicho dinero.

No habían tenido una infancia fácil. Las limitaciones de dinero estuvieron presentes muchas veces, incluso para la escuela tuvieron presupuestos ajustados. A pesar de que el viejo tenía un buen trabajo, tres niños que comían como bestias, y dos casas no se mantenían solas. Desde pequeño Ace entendió muy bien el valor del dinero y cuido de que sus hermanos nunca carecieran de nada.

BORED {One piece}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora