12. De citas

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-¿Cuál se ve mejor? ¿Azul o verde?

-Azúl.

-Verde.

Ace rodó los ojos al mismo instante en que dejaba salir un suspiro.

Deuce había llegado desde hace más de una hora. Casi al mismo tiempo que el viejo de Roger, aunque el primero lo llevaba; era el segundo quien olía a alcohol.

Por suerte era de noche y Dai ya había sido recogido. Marco se había quedado unos minutos para decirle que mañana pasaría por él al medio día.

Sabía que irían juntos al acuario con Dai. Ace suponía que la intención del rubio era saber cómo interactúa con su hijo, y así saber si sería buena idea continuar una posible relación.

De todas formas Ace quería verse bonito.

Sin embargo el viejo de mierda y su lento amigo no le estaban ayudando mucho. Cuando pedían sus opiniones siempre decidían lo contrario.

El pecoso volvió a tomar otras dos camisas de diferentes colores. Para que nuevamente, Roger y Deuce estuvieran en desacuerdo.

-No.

-Sí.

Ambos invitados se miraron con un destello de enojo en sus ojos.

Por otro lado, Ace ya estaba cansado. Tenía hambre y quería dormir.

-Los odio -aventó la ropa a la cama, escogería lo que mejor le pareciera y no importaría lo que le dijeran. Tomo su teléfono para ordenar por delivery-. Pediré comida, no voy a cocinarle a ninguno de los dos.

-Okey.

-Bueno.

Ace quería extrangularlos, lo único en lo que estuvieron de acuerdo en toda la maldita noche fue para pedir comida.

Cenaron en la comida de la sala mientras veían una película vieja, una de las favoritas de Roger. Aquel viejo había ganado la partida de piedra papel o tijera que se riño, para ver quién eligiría la película.

El pecoso de negó a ingerir alcohol, a diferentes de Deuce y Roger.

Ahora parecía que aquellos dos borrachos se llevaban muy bien.

-Entonces Izo me pidió que saliera con él, llevamos cuatro citas, me gusta mucho, es tan apuesto -contaba Deuce, con el alcohol rondando en su sistema-. Ojalá nos casemos, vivamos en la mansión de su padre y tengamos cuatro hijos, o cinco. Mejor cinco, sí, cinco. Yo quiero cinco -hablaba con ilusión.

-Felicidades. Pero cinco hijos es mucho.

Las vacilaciones de Deuce fueron una señal para que Ace supiera que era el momento idóneo para llevarlo a dormir, así que con mucha fuerza arrastro al peliazul hasta las escaleras y con aún más fuerza lo cargo para subirlo a la habitaciones de Sabo. Roger ya estaba ocupando la habitación de invitados, así que a Deuce le tocaría usar la de su hermano rubio, quién no se había quedado ahí desde hace un buen rato. Prefería que Deuce se sintiera más cómodo en una habitación ordenada y simple, a despertar con el montón de postales, fotos y posters que Luffy colgaba en sus paredes.

Le quitó los zapatos y se aseguró de arroparlo.

Cuando bajo, su padre ya estaba cabeceando. Ace aprovecho que aún seguía medio despierto para ayudarlo a subir a la habitación.

Con un suspiro cansado, por fin tendría un poco de paz sin esos dos. Aunque le ayudaron a distraerse y disipar un poco los nervios.

Aún no era muy noche, así que limpio el desorden de la sala, recogiendo botellas vacías y pasando la aspiradora para no dejar tiradas las migajas de la comida que cenaron. Se aseguró de apagar todo antes de dirigirse a su propia habitación.

BORED {One piece}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora