BORED {One piece}

23. De parejas

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No saben en qué preciso momento fue que Marco y Ace terminaron en uno de los varios baños de la casa. Pegados a la boca del otro, Ace estaba sobre el mueble de madera que sostenía el lavabo, así que no se preocupaba por arruinar el baño. Se dejó besar intensamente por Marco hasta que las manos del rubio se posaron en sus caderas y el pecoso decidió dejar de contener el fuego que lo consumía.

Sí él estaba ardiendo en llamas, Marco también lo haría.

Se sujeto de la nuca del rubio para acercárlo más y colar su lengua en la boca ajena, llevo el ritmo del beso demandante por un buen rato y el doctor se dejaba guiar. Marco debaja que Ace le deborara la boca tanto como quisiera mientras el aprovechaba la disposición del pecoso para sujetar sus caderas y buena parte de su trasero.

Se separaron un momento y Marco bajo hasta el cuello de Ace para dejar varios besos húmedos que hicieron suspirar al menor.

Ambos se sentían calientes y ardiendo, el maldito baño parecía estar en fuego por la temperatura que sentían pero no estaban dispuestos a separarse demasiado.

Ace se dejó adorar por Marco, incluso cuando bajo hasta quedarse de rodillas y mirar en busca de aprobación para bajar los pantalones prestados de Ace. El pecoso no lo detuvo, se sentía cada vez más necesitado de cualquier tipo de toque que Marco le diera.

Se estaba derritiendo y ni siquiera podía expresarlo, se tapo la boca con su mano al instante en que sintio la boca del rubio subir la punta de su miembro. Estaba en la casa de su suegro con todos sus cuñados cerca, Luffy lo esperaba -dormido- en otra habitación y Dai esperaba a Marco.

Pero estaban juntos y querían seguir juntos.

Apretó los mechones rubios de Marco cuando sintió como la lengua de éste recorría las venas sensibles de su piel.

Nunca se había imaginado a su mismo recibiendo una mamada por parte de Marco encerrados en un baño. Pero no podía pedir algo mejor en ese momento. Nunca había sido atendido con tanto detalle y sensualidad, así que no tardó mucho en venirse en la boca de Marco.

Sigui jadeando hasta que Marco estuvo de pie de nuevo y lo atrajó en un abrazo, le lleno la cara de pequeños besos y le acaricio con delicadeza la espalda.

-¿Mimos después de una mamada?

-¿Te molestan-yoi?

-Para nada -Ace se junto más cerca de Marco, queriendo que sintiera su corazón acelerado ante la intensidad del orgasmo que le regaló-. ¿Quieres continuar?

Aunque ya se le había bajado un poco la adrenalina del momento, quería que Marco se sintiera bien de la forma en que le hizo sentir a él. Así que continuaría si Marco quisiera.

-Esperemos un poco más-yoi. Quisiera oirte gemir de verdad y no sólo dulces suspiros -comenta el rubio.

Ace se sonroja ante sus palabras pero sonríe. Se siente un poco cansado y quiere acostarse, aunque ahora siente que debería ducharse para quitarse el olor de sexo de encima.

-Puedes ducharte, hay toallas y shampoo en el mueble -le dice Marco, quien parece leer los pensamientos del pecoso con facilidad-. Casi nadie usa este baño. Así que no te preocupes porque alguien entre-yoi.

Asiente en señal de entendiendo y no quiere esperar a adivinar cuál es momento perfecto para preguntar, así que Ace toma ese segundo como el momento apropiado y pregunta:

-Marco -le llama. El rubio lo ve con atención-. ¿Somos pareja?

Ace no lo tiene muy claro, pero con lo que han salido y la forma en que se han presentado ante sus familias está muy seguido que ya podrían llamarse pareja. Su relación parece enteramente un noviazgo.