Desconocido 🩸

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Desconocido

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Desconocido

Para mí nunca ha sido un problema ensuciarme las manos, es más me encanta ensuciarme las manos y más cuando el líquido color carmesí es de alguien con quien ya tengo historia.

Porque siempre hay que tener historia, tampoco soy un maniaco que le gusta estar jugando con la vida de las personas a diestras y siniestra, a mi no me gusta estar jugando con la vida de alguien y mucho menos con la de mis conejitos.

Conejitos, así los llamo.

Al inicio no sabía cómo llamarlos, la palabra víctima o persona asesinada no me parecía que fuera coherente en estos casos, porque las dos dan una connotación de pena la cual no me gusta y creo que nunca me gustara.

Ellos no son mis víctimas, porque una víctima es alguien que sufre un ataque, una víctima es alguien que sufre a causa de las acciones de un victimario, si lo miramos de una forma más colegial la víctima es una santa paloma que fue herida y el victimario es un hombre con una piedra el cual acaba de golpear a esa pobre palomita.

Lo que la gente no sabe o que intenta ignorar es que ellos no siempre son palomitas heridas, es más ellos suelen ser victimarios, normalmente ellos son los que suelen tomar el cuchillo por el mango y herir sin piedad, pero en ocasiones las cosas cambian y sin darse cuenta dejan de ser los dueños de la partida para convertirse en peones de un juego que no pueden controlar.

Bueno, ellos nunca suelen ser una pobre palomita, las palomas no dañan ni intentan dañar a la gente, pero a ellos si les gusta creer que sí, que son unas pobres almas en las que alguien malo decidió fijar todo su odio o resentimiento, básicamente ignoran todos sus pecados anteriores cuando alguien mas decide que es hora de ir a cobrárselos, deciden fingir demencia y actuar como si todo lo que les estuviera ocurriendo no fuera una consecuencia de sus actos.

Al inicio yo era así, ocultaba mi identidad, escondía mis gustos y necesidades, pinté una personalidad en la cual ocultaba lo que deseaba, lo oculté tanto tiempo hasta que me canse, me canse de fingir que no soñaba con herir alguien.

Recuerdo a mi primer conejito, esa niñita tonta la cual se ensañó en querer hacerme daño en la escuela, se ensañó en dañarme porque simplemente era diferente.

Ella era una Bully, que desgraciadamente decidió fijar todo su odio y rencor en mi, la verdad no recuerdo mucho de ese momento, tal vez mi mente infantil decidió bloquear esos recuerdos, solo recuerdo su cabeza negro manchando por un poco de color carmesí el cual salía de su craneo.

Todos pensaron que fue un accidente, que simplemente se tropezó y golpeó su cabeza contra una gran piedra.

Creo que lo merecía.

En fin, odio la gente que oculta lo que son, que mienten sobre su verdad.

Esa es la diferencia entre ellos y yo, nunca he ocultado lo que soy y lo que hago, aunque nunca nadie me ha descubierto y si lo hacen tal vez solo ignoran el problema.

Así como esa mujer decidió ignorarme nuestra movía el cuerpo de marcos.

Secretos que asfixianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora