Capítulo 31- cuidado con las botellas 🩸

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Thomas

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Thomas

Cuando abro mis ojos una punzada de dolor la cual se dirige a mi cuello hace que me mueva con lentitud haciendo que me remueva incómodo en el asiento de mi auto, decidí pasar la noche aquí, después de mi encuentro con Dean intento ir con Malena, pero después de tocar su puerta hasta el cansancio sin obtener respuesta decidí utilizar esas pequeñas llaves que ella le dio a mi chofer, pero para mi sorpresa la puerta estaba cerrada por dentro.

No tuve más opción que volver a mi auto y esperar que su amigo no volviera.

Ver a Dean hizo que todo el estrés del día explotara, no todos los días tengo que pagarle a un buen par de policías para que me dieran acceso a cierta información privada sobre el caso de Marcos, al final y después de gastar un buen número de billetes lo logre, todo esto para después enterarme que ninguno de mis amigos estaba donde se suponía que debían de dejarlos.

Mi sorpresa aumentó cuando mi chofer confeso que malena le pidió que la llevara a una tienda, con una fachada horrible y un ligero olor de pobreza saliendo de ella, pero mi chofer la descripción como una tienda bastante común.

Comúnmente pobre y peligroso.

Igual que su dueño.

La verdad odió muchas cosas, pero lo que más odio es que hagan lo que yo les pido.

Pero también tengo un odio especial a las personas como Dean, que no están en nuestro mismo nivel social, pero quieren codearse con nosotros, que sueñan con ser poderosos, o peor aún muchos de ellos solo sueñan con tener uno de nuestros salarios, porque claro con esa cantidad de dinero podría vivir casi una década sin trabajar.

Se que Dean no es de ese segundo grupo, que solo quieren tener dinero, el es como los primeros, quiere poder.

¿Pero qué poder te puede brindar Malena?

Eso me lo pregunté el día que lo conocí y ayer me di cuenta de cuál era la respuesta, él no quiere el poder de malena, el cual no existe, el quiere el poder que esa niña tiene sobre mí.

No me gusta aceptarlo, pero es algo que muy en mis adentros ya tengo claro, hay un cierto grupo de personas que logran moverme, que sin darme cuenta llegan a desestabilizarme, Tiago y Malena logran hacer eso, hasta Erica a llegar al punto de hacerme casi caer de mi asiento, lamentablemente ese es el poder que tiene crear lazos, siempre te vas a poder ver dañado por lo que ellos generan en ti.

Pero ahora estoy acá de nuevo, después de una horrible noche donde cambié mi cómoda cama por un asiento de copiloto bastante incómodo.

Salgo del auto y me dirijo al departamento de Malena subiendo un par de pisos los cuales me hacen que tenga tiempo de pensar un poco en mi encuentro de anoche, sus palabras hacen que un pequeño nerviosismo se sienta en mis adentros, mientras comienzo a pensar en que forma podría decirle la verdad a Malena sin que se asuste o sin que suene tan grave.

Secretos que asfixianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora