Capítulo 1 -Por unas simples almendras. 🩸

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malena

Algunos rayos de sol logran colarse por las cortinas de mi habitación, molestando de forma insistente mis ojos, hago mi mayor esfuerzo para lograr abrirlos y acabar con la agonía, pero una fuerza sobre humana, probablemente llamada cansancio logra volver a cerrarlos y hacerme dormir.

Los mismos rayos de sol, pero ahora de forma más fuerte logran hacer que me sienta en la orilla de mi cama, el peso de mi cuerpo no me permite levantarme, como si cada parte de mí se negara a seguir las órdenes que tanto me costaba formular mi mente estaba hecha un desastre, mis recuerdos eran pequeños flashbacks muy desordenados, pero no logro recordar nada de la noche anterior.

No paso mucho cuando una ráfaga de dolor viene a mí, un zumbido muy fuerte intenta desgarrar mis tímpanos, siento como mi nariz comienza a sangrar y mis ojos se llenan de lágrimas, muevo rápidamente una de mis manos a mis fosas nasales mientras comienzo a buscar en la pequeña mesa mis pastillas para la migraña, cierro mis ojos con el fin de sosegar el dolor, unos instantes después y como por arte de magia el dolor desapareció.

Espero algunos minutos para ponerme de pie e ir al baño, lavo mi rostro, el agua fría ayuda a quitar cualquier rastro de dolor existente en mí, volviendo a la habitación reviso de nuevo en ese pequeño cajón esperando encontrar las pastillas, cosa que no ocurrió, me detengo a mirar para todas partes intentando recordar donde deje ese pequeño frasco, pero es solo una pérdida de tiempo, el frasco no está en ninguna parte.

Mi teléfono comienza a sonar entre las sabanas de mi cama, intento seguir el sonido hasta encontrarlo, después lo tomo y contesto sin siquiera mirar el nombre del contacto.

— Hola, Malena — dice una voz al otro lado de la línea, la cual reconozco al instante, en su voz se siente esa pequeña alegría que hace parte de ella, es de ese tipo de personas que no sabes cómo, pero siempre están felices — Ayer dijiste que me llamarías para poder seguir planeando la fiesta del otro finde, pensé que no lo harías — sus palabras me hacen que recuerden algo de lo ocurrido ayer y me doy cuenta de que salí a cenar con ellos.

— Sabes Erica, me está pasando algo raro, no recuerdo mucho de que paso anoche, acabo de recordar que fuimos a cenar — ella se queda en silencio y yo pregunto — ¿Qué paso después?

— ¿Cómo que no te acuerdas? — suelta una carcajada y vuelve a hablar con dificultad al ser interrumpida por su propia risa — ya te estás poniendo vieja, es por eso que estás perdiendo la memoria, ¿no sientes un dolor en tus rodillas?, digo eso también les pasa a las señoras.

— Erica, es en serio, no recuerdo casi nada de anoche — el tono preocupado de mi voz hace que su risa se corta lentamente.

— Anoche después de cenar te fuiste con Sam, probablemente después bebieron hasta el agotamiento — en su voz hay una mezcla entre risa y algo de confusión, pero sé que todavía lo está tomando como un chiste, así que decidió intentar cambiar el tema a uno tribal y poder cortar la llamada.

Después de cortar la llamada duré un rato más intentando revivir lo ocurrido la noche anterior, pero mis esfuerzos eran en vano, una nube blanca llenaba mis pensamientos y nublaba mis recuerdos, intento no desgastarme más pensando en eso y decidí tomar una ducha con el fin de despejar mi mente y quitar un poco esa capa de sudor que cubría mi cuerpo a causa del calor infernal que hace en esta época del año.

Básicamente esté clima nos está preparando para el cuerno

Cuando salgo del baño, una parte de mi cuerpo todavía transpira, pero rápidamente mi cambio para después salir a la farmacia por unas pastillas, ya que había ''extraviado'' las mías.

El camino a la farmacia se sintió eterno, cada parte de mi cuerpo reclamaba algo, pero principalmente mi estómago, el cual me imploraba por comida.

Me desvió un poco de mi objetivo principal para ir a una pequeña tienda la cual había visitado en algunas pocas ocasiones, es un lugar económico, perfecto para mí, porque se adapta a mi bolsillo de estudiante, pero aunque no sea el lugar más costoso es limpio y sus productos son de buena calidad, aunque por el precio no me molestaría que algo estuviera en mal estado, entrar veo que no hay mucha gente, por el espacio se reparten un par de mujeres las cuales agregan productos a sus canastas.

Secretos que asfixianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora