Capítulo 15

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-¿Puedes explicarnos qué fue lo que pasó, Liv? - le preguntó Johnny suavemente, aunque con un tono más serio de lo que quería parecer.

-Yo...lo siento. - se disculpó la chica. - Fue mi culpa, él solo quiso ayudarme...No entiendo por qué lo hizo, si parecía que no me quería allí. - explicó.

La joven se retorcía en su sitio, sacudiendo la cabeza nerviosa, intentando en vano no llorar. Rápidamente, los demás trataron de calmarla.

-Hey, tranquila. - dijo Taeyong acariciándole suavemente el hombro. - No estamos culpándote, solo queremos entender qué fue lo que pasó. - trató de sosegarla.

-Es que yo... - sollozó.- Yo solo quería coger algo para mis hermanos, para que puedan animarse después de lo de ayer...Pero es que... me olvidé del control y me escondí el paquete en la ropa. Por eso...por eso él y yo discutimos en el supermercado...

Jaehyun arrugó las cejas, entendiendo por fin el comportamiento tan hosco de su compañero. 

-Después, durante el tiroteo, cuando nos refugiamos detrás de la plancha...en ese momento, la bolsa se cayó de mi mochila porque se había roto el bolsillo y él... - la pobre chica ya no podía guardarse las lágrimas, que bajaban libres por sus mejillas. - él lo vio y, en vez... en vez de dejarla allí, estiró su... su mano y fue cuando le dieron. Haechan casi muere por mi culpa. Lo siento. ¡Lo siento mucho!

-No...Liv, tranquila, no es tu culpa. Eso explica muchas cosas, no te preocupes, gracias por contárnoslo. - le aseguró Johnny.

Taeyong la envolvió en un apretado abrazo y ella enterró la cabeza en su pecho y se permitió llorar. 

-Shh, tranquila, Liv. - habló el líder acariciando su cabeza.- No te tortures, no es tu culpa. Ya te dijimos que ese idiota es así. Tiene un corazón muy grande, tanto como su miedo a perder a aquellos que le importan. Ese es su mayor problema. Tú no has hecho nada malo. 

-Lo siento...

-Shh, no te disculpes más. Todo está bien. Haechan se recupera sin problemas, solo ha sido un susto. 

-Sí, pero por mi culpa...

-Ya está, despacio, desahógate.

Un sentimiento de tristeza invadió la habitación. Todos sabían de la situación de Olivia, y el hecho de que le pasase eso un día después de ver como condenaban a su madre a la muerte lo hacía todavía más duro de ver. Sabían que el lloro de la chica no era solo fruto de la culpabilidad que sentía por el accidente, sino que era un cúmulo de malas noticias que llevaba con ella y que pesaba más que cualquier equipaje. Por eso mismo, Taeyong dejaba que empapase su camiseta y que se aferrase a él con fuerza, a lo que le respondía con un apretón, atrayéndola hacia su cuerpo como si tratase de juntar todas las piezas en las que la desdichada muchacha se deshacía.  

La dejaron aligerar su corazón mientras acababan de hacer balance de lo que habían conseguido en completo silencio. Una vez terminado, se dieron un tiempo para prepararse y se dirigieron a la reunión diaria en la nave central. Como siempre, caras de asco y susurros los recibieron nada más llegar. No estaban de humor, por lo que simplemente se abrieron paso entre la multitud hasta el centro, no muy delante para no estar a la vista de Charles, pero no muy atrás para poder oír las instrucciones con claridad. 

-Primero que nada, me gustaría agradecer al equipo 113 por avisar del nuevo sistema de seguridad de la ciudad. - anunció Sam antes de sentarse en su lugar habitual. - Sin ellos, podríamos haber perdido a un sinfín de compañeros. La rapidez con la que avisaron a través del equipo de radio fue crucial para salvar a los demás.

-¡¿Qué coño acaba de decir?! - susurró el nipón.

-¡Yuta, por el amor de Dios! No empieces. - dijo Taeyong amenazándolo con la mirada. - Aunque sí, es cierto, ¿qué coño fue eso?

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