Narra Marcus:
Estoy en mi despacho adelantando algunas revisiones de documentos importantes para poder avanzar mañana y llegar a tiempo a una reunión de inversionistas que necesitan de mi presencia y ya no puedo incumplir porque di mi palabra y lo peor de todo es que estará alguien allí que no es santo de mi devoción y quise matar aquella vez, eso le suma un grado a mi estrés ahora mismo. La lámpara del escritorio ilumina los papeles que leo con detenimiento para no pasar por alto ningún detalle importante pero en ese momento el nombre de mi hija invade mi mente bloqueando automáticamente mi concentración. Hace unas horas que no la siento y creo que está durmiendo porque debe ir a la escuela. Empieza sus clases mañana en su nuevo grado.
Me recuesto de la silla ortopédica deshaciéndome de los lentes y descansando un poco el cuello por el rato que tengo cabizbajo leyendo pero se me va la inspiración al recordar que mi nenita no pudo disfrutar mucho de mi en sus vacaciones aunque ella no se ha quejado, lo noto en sus ojos cuando me tengo que ir a trabajar, sé que tenerla a mi lado en la compañía no fue idóneo y es mi culpa. Anhelo verla sonreír, abrazarla y que no se sienta marginada por mi. Como si la hubiera llamado con el pensamiento, atraviesa la puerta con su pijama de gato color blanco y deja su mano en la cerradura mirándome fijamente.
—Cariño...—me levanto y voy quedando frente a frente a ella —¿Qué haces despierta a esta hora? —miro el reloj de pared detrás mío y son las 11:04 de la noche.
—Es que no puedo dormir sin que me despida de ti —siempre se me olvida que tiene dependencia de sueño conmigo.
—Es cierto... Ven, vamos a la cama —levanta los brazos y la cargo hiendo a su habitación.
Con cuidado la acuesto en su cama y la cubro con la colcha, sentándome y verla como su sonrisa aparece provocando la mía y que le suavice el cabello. Se me pasa el tiempo demostrándole amor a mi princesita, tengo motivos para dejar de trabajar sin sentirme irresponsable ni vago, yo mismo me cuestiono cuándo me convertí en este hombre paterno y amoroso pero llegué a la conclusión que desde el comienzo de nuestra historia siempre estuve a su merced.
—Papá —aterrizo con su llamado repentino.
—Dime mi amor —le respondo atento.
—¿Alguna vez has pensado en casarte? —su pregunta me desconcierta porque fue inesperado.
—Siendo sincero contigo...—deslizo mi mano a su mejilla y la acaricio —no realmente.
—¿Por qué no?
—Bueno... Nunca lo ví como prioridad en el transcurso de mi vida, yo... —me interrumpe.
—¿Ni siquiera ahora que me tienes? —suelto una sonrisa inconsciente.
—Ni siquiera ahora que te tengo —acerco a mi rostro al suyo y toco la punta de su nariz con la mía.
—¿Y si cambiaras de opinión? —no entiendo bien su insistencia en saber eso pero le responderé de todos modos.
—Si cambio de parecer, serás la primera en saberlo, te lo aseguro pero por ahora... dudo que pase en estos momentos, ¿Satisfecha? — asiente segura —Es suficiente pequeña FBI, es hora de dormir —su sonrisa se amplía y le doy su beso de despedida de todas la noches.
—Buenas noches mi cielo.
—Buenas noche papi.
Al día siguiente, Alex llega a mi casa para luego desayunar juntos y llevar a Ambar al colegio como lo de siempre pero no iremos a la empresa sino directamente a la reunión. Manipulo mi iPad en todo el camino asesorándome del tema que se tratará a la vez que bebo mi café negro en un envase plástico. Alex se detiene delante de la entrada de un hotel 7 estrellas en el centro de la ciudad, donde será en el salón de reuniones del mismo.
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Paso a paso al amor
FantasySólo bastó una mirada a los ojos de una niña para que el giro de un empresario joven multimillonario frío y egoísta cambiara su vida para siempre. Nunca pensó en ser padre, jamás tuvo planes de casarse o tener hijos pero cuando el destino dispone al...