Reunión de padres

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Narra Marcus:

Papi... Despierta... Papi...

Escucho la voz de Ámbar a mi alrededor que se hace eco pero no la encuentro en el lugar que me encuentro. Estoy buscando donde la localizo pero me es imposible encontrarla, tal vez me lo estoy imaginando o estoy loco hasta que su voz en mis oídos aclarece y se vuelve más fuerte despertando de golpe y en ese mismo momento siento encima de mi un peso caer en mi tórax y al abrir mis párpados , es Ámbar que está sentada arriba mío sonriendo.

—¡Buenos días papi, al fin despertaste! —me dice contenta y yo la verdad me da gusto verla feliz pero el sueño me ataca sin piedad.

—Buenos días cariño... —digo aún soñoliento y golpeado por el cansancio.

—¡Papi hoy es la reunión! ¡Levántate! —salta repetidas veces agitando mi cuerpo y la cama y yo sólo quiero seguir durmiendo.

—Ay bebé, dame unos minutos más... —vuelvo a cerrar los ojos pero no me deja volviendo a saltar ahora sobre mi estómago con su manitos en mi pecho.

—¡No, papi, ya debes levantarte! —los abro nuevamente teniendo razón —¡Despierta, despierta, despierta! —me agita tanto que no logro conciliar el sueño dándome por vencido.

—Ya desperté, ya desperté... —menciono derrotado —pequeño... terremoto... —comento ganándome su risa contagiosa y se pone a un lado para sentarme en la cama.

Recupero el sentido de la realidad mientras bostezo y me doy cuenta que mi alarma está sonando en mi teléfono. Extiendo el brazo para apagarlo y me quedo mirando mi huracán con pila triple A. Observándola detenidamente ya está vestida con su uniforme, se nota que esta emocionada por la reunión de hoy.  Di mi palabra y debo cumplirla, debo ya pararme de aquí. Luego de un ducha fría rápida y vestirme en un dos por tres, tomamos el desayuno, bueno en verdad yo sólo bebí café negro bien cargado a ver si me despierto de una buena vez porque justamente hoy tengo más sueño que días anteriores, increíble...

Estamos en marcha al colegio pero tuve que devolverme ya que Ámbar olvidó su libro de matemáticas y nos robó algo de tiempo porque estábamos cerca, gracias a Dios. Al estar aquí en la reunión de padres, que parece más de madres que lo que decía en el comunicado porque la mayoría son mujeres, me siento normal y hasta llegué a pensar que el sueño sirve como sedante porque ni siquiera me importa si me mira todo el mundo, yo sólo deseo ahora mismo es mi cama y mi almohada ortopédica. Decido enfocarme en el objetivo de esta reunión y dejar mis intereses a un lado, porque por esta personita que amo mucho es que estoy aquí...

Sentado.

En una silla incómoda y pequeña.

Y soportando las miradas del 95% de las mujeres que se encuentran en esta aula, incluyendo la maestra.

No soy sociable y lo admito, tal vez he mejorado un poco por Ámbar pero aún no me acostumbro a lidiar con mucha gente desconocida a mi alrededor que no conozco sus tipos de mañas y demás, que no me interesa. Pero bueno, respira, tranquilo, esto es solo una vez al año, creo. Espero que sea así. Por cierto, odio estas malditas sillas, no se acomodan a mi tamaño y hace que tenga que cambiar de posición a lo que Ámbar lo nota pero trato de disimularlo con una sonrisa amistosa media fingida.

La maestra sigue hablando de la importancia de la presencia de los padres en la vida de nuestros hijos y a la hora de hacer sus deberes, bla bla bla... como si no lo supiera. Es hora ver cómo va la nota de mi bebé y al decir su nombre me paro acomodando mi saco y me acerco quedando de frente para observar el libro que posee en la mano la maestra. A ver...

Lengua Española:98

Matemáticas: 95

Historia: 100

Paso a paso al amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora