Cassandra
Cada vez que pasaba un segundo, algo peor pasaba. Eran las doce del medio día, y Kev y Eloise ya estaban en el aeropuerto.
Después de que discutiéramos, Nate se fue a su casa y no volví a saber más de él.
Y yo, sigo en este estúpido vestido sintiéndome estúpida. ¿Por que lo eche? Él me había dicho que me quería, y me asusté. Pero a la vez sentí como cien corazones salían por mis ojos. Pero eso daba igual, porque le había echado, y quizás no fuera a volver.
Cameron sale de su cuarto, con una mano frotando la frente.
Ni siquiera me saluda, y se tumba en el sofá. Me parece muy raro, porque es tardísimo y parece seguir con sueño.
Me acerco a él, poniéndome de cuclillas para quedar a su altura.
–¿Qué te pasa? –le pregunto en un susurro.
–Me duele la cabeza. –solloza.
Posó una mano sobre su frente. Está ardiendo. Lo que me faltaba. Emito diez maldiciones en mi mente.
Voy a la cocina y mojó un paño. Lo escurro en el grifo y se lo pongo en la frente. Pienso en llamar a Nate, pero no puedo. Tampoco a Eloise ni a Kev. Estoy sola. No, tengo a Blair.
–¿Qué pasa, Cassie? –oigo al otro lado del teléfono.
Y me duele que diga "¿Qué pasa?" en vez de "Hola", porque he pasado de llamarla todos los días, a llamarla solo cuando necesitaba algo.
–Cam tiene fiebre y Nate no va a venir. Necesito ayuda.
–¿Qué necesitas?
–¿Puedes comprar medicinas o...?No lo sé. –suspiró agobiada. –No se nada sobre esto, y se suponía que debería porque iba a estudiar medicina, pero la verdad es que ahora mismo me siento inútil, ¡y no tengo ni idea de qué medicina darle a un niño de cinco años!
–Tranquila, Cassie. Ya estoy yendo.
Ni siquiera me cambio de ropa, pero sí me pongo un abrigo y enfundo a Cam en el suyo. Le doy una galleta rápidamente para que la coma por el camino y cuando vamos a salir, lo veo. Veo la puerta de mi habitación entreabierta, y veo la caja con armas que deje ahí por si necesitaba usarlas. Dejo a Cam en la entrada y cojo una pistola que me guardo en el bolsillo.
Y desde luego, no me arrepiento, porque cuando salgo, dos hombres de mi estatura duplicada se han plantado en mi jardín. Doy dos pasos hacia atrás y cojo a Cameron en brazos.
Ellos tienen las manos en los bolsillo.
–Cassandra, ¿eh? –pregunta mi nombre.
No hago nada. Sólo aprieto los dientes.
–Somos de Roxtar, creo que los conoces. –dice uno de ellos y se ríen juntos. –Buscamos a Kevin Wilson, pero creo que tú nos servirás.
Mantenía la mirada de Cam lejos de aquel espectáculo, porque lo que iba a hacer no era lo mejor para él.
Saqué mi pistola del bolsillo, lentamente, y cuando la tuve fuera, disparé sin que pudieran apenas darse cuenta.
Los dos cuerpos cayeron redondos al suelo. Cameron se giró por el impacto, pero le tapó los ojos diciendo que no pasaba nada.
Y justo cuando baje las escaleras, Blair aparco su coche frente a los dos cuerpos.
Vi su expresión tras la ventana y vi como iba en peor cuando me vio con la pistola en la mano.
La guardé y entré en su coche. Ella cogió a Cam sin mi permiso y lo ató en el asiento de atrás.
Salió a la carretera sin decirme nada.
–Mas te vale que la excusa sea buena.
–Iban a matarme, ellos también iban armados. –me asomé para mirar a Cam, que tenía los ojos entreabiertos. –Tengo que llamar a Eloise...–pensé en alto.
–Llama a Eloise Parker. –ordenó Blair en alto.
En la pantalla de su coche salió el contacto de Eloise y los tonos de espera salían de los altavoces.
Le esbocé una sonrisa agradecida. La voz de Eloise sonó al cuarto tono.
–¿Blair? –pregunto.
–Eloise, soy Cassandra.
–Oh, hola...
–Oye, dos tíos de Roxtar estaban en mi casa buscando a Kev. Coger ya ese avión, seguramente haya más.
–Dios mío. –tartamudeo. –El avión salió hace quince minutos, nos quedan dos horas.
–Está bien.
–¿Tú estás bien?
–Sí, sí, los he...–recordé que Cam estaba detrás. –Ya sabes.
Oí como Eloise cogía aire. Todos estábamos hartos de tener que matar y matar.
–Bien, vale.
–Te tengo que colgar, que tengáis buen vuelo.
–Gracias, cuídate.
Estaba temblando. Aún no creía que los hubiera matado, pero no es nada que no hubiera hecho ya.
–¿No deberías llamar a Nate? –me pregunta Blair.
No le voy a contar el motivo de porque no está aquí porque acabaría regañandome y yo llorando porque tiene razón.
–Está ocupado. –mentí.
Me giré para volver a mirar a Cam y evitar la conversación.
–¿Ocupado con que? –siguió ella.
–No lo sé, me ha dicho que hoy no podría pasarse.
–¿Y porque no me lo creo?
–Porque no quieres.
Blair suspira.
–¿Qué te hace pensar que miento?
Intentaba demostrar que "decía la verdad".
–Porque Nate te iría a ver aunque hubiera un apocalipsis zombie.
Es verdad.
–No ha habido ni un solo día en el que no te haya visitado, y hoy ¿estaba ocupado? –dice con retintín.
–Yo que sé, Blair.
Blair trago saliva.
–Quedan dos minutos.
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Todo lo que nunca te dije| segundo libro
Teen Fiction"Sabes que me quedaré. Sólo preguntas para poder oírlo, porque no crees que nadie se vaya a quedar a tu lado. Pero escuchame, Cassandra. Yo siempre me quedaré a tu lado." La vida no es justa, y Cassandra lo sabe de sobra. Tras la última misión y tod...