Capítulo 24 - Fiesta

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No era para nada el tipo de fiesta al que estaba acostumbrado Rafael, había música y tragos, pero nadie estaba bailando, no había las típicas parejas en las esquinas besándose ni los amigos jodiéndole el ligue a otro. En cambio, la mayoría de los invitados estaba ahora sobre los chicos, jugando con sus cuerpos, castigando sus pulsantes vergas, mordiendo pezones, y entregando fuertes nalgadas, mientras los pobres cautivos soltaban gemidos de dolor combinados con placer.

- Muy bien, atención todos – Ulises habló desde la tarima central – antes de montar a los chicos, ¿alguien tiene alguna oferta especial que quiera hacer? Recuerden que el dia de hoy, los chicos aun no están en venta definitiva, sin embargo, debo adelantarles que aquellos que tienen una cruz azul pintada en sus pechos, aún son vírgenes.

Durante unos pocos segundos el complejo se sumió en un completo silencio, Rafael sentía que todo se movía en cámara lenta, y desesperado posó su vista en Gabe, observando claramente una gran "x" azul cruzando su pecho, cuando sus miradas se encontraron entonces el silencio se rompió en fuertes gritos y vítores de júbilo por parte de los asistentes y de completo terror por la mayoría de los cautivos. Entonces uno de los hombres, vestido de un ajustado traje formal negro sobre un cuerpo ligeramente fornido se acercó a uno de los chicos y con voz atronadora profesó:

- Yo pido a este pequeño bastardo, pagaré por tres horas, - y volteando a ver directamente a Ulises – ¿asumo que tienes las instalaciones pertinentes?

- No serán perfectas, pero le aseguro que las encontrará cómodas. Entonces el 972 ha sido rentado por las primeras tres horas. ¿Alguien más?

Casi una decena de hombres más se acercó a los 6 chicos con una cruz en sus pechos, solicitando el mismo derecho a rentarlos por plazos de 2 hasta 5 horas, los chicos intentaban mantenerse fuertes pero al menos un par de ellos terminó quebrándose cuando los hombres le susurraron algo a sus oídos. Uno de los jóvenes tenía la mirada completamente perdida cuando escuchó que había recibido cuatro solicitudes, Rafael se sintió ligeramente aliviado al notar que Gabe solo tenía un hombre solicitándolo por un par de horas, en especial porque el hombre parecía anormalmente decente, todo parecía estar calmándose cuando un ultimo asistente solicitó a Gabe por un par de horas más, tomó a Gabe por el cuello y Rafa creyó ver que su mano casi lo abarca por completo, era un hombre alto, corpulento, afroamericano. El chico intentó mantenerse fuerte, fijando su mirada directamente en la del cachorro, sintiendo el apoyo que le brindaba.

- Perfecto caballeros, si me acompañan a la oficina ultimaremos los detalles de sus necesidades y el pago correspondiente, mientras tanto, - Ulises encaró a un grupo de entrenadores que estaba tranquilamente sentados en la barra - ¡Ustedes! Acomoden al resto en sus estaciones y denles una dosis extra.

En ese momento los hombres de la barra se levantaron de sus asientos y fueron a descolgar y remover los grilletes de los chicos que no llevaban una "x" en su pecho, la mayoría de ellos solo forcejeó un poco ante el trato rudo, pero se mantuvieron ...

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En ese momento los hombres de la barra se levantaron de sus asientos y fueron a descolgar y remover los grilletes de los chicos que no llevaban una "x" en su pecho, la mayoría de ellos solo forcejeó un poco ante el trato rudo, pero se mantuvieron bastante tranquilos mientras los entrenadores los montaban cada uno en distintos aparatos, asegurándolos con gruesas muñequeras y tobilleras de cuero que a su vez se unían con cadenas, candados y broches metálicos a los aparatos. Poco después, a aquellos que fueron fijados a sillas, potros y columpios les fue removida la mordaza de bola y reemplazada por una de araña que los obligaba a mantener la boca abierta, una vez estuvieron bien atados se les administró dos pares de pastillas más a cada uno y Rafael pudo notar como sus verga ya erectas se agrandaron incluso más y comenzaban a asomar pequeñas perlas de líquido pre seminal reluciente.

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