Capítulo 11 - Otro punto de vista. Parte 1

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Hey Kinksters, ésta vez les traigo un capítulo diferente, vamos a explorar un poco el punto de vista del Amo, decidí que aún no voy a revelarles su nombre ni la mayoría de sus datos, eso lo tendrán que ir descubriendo a la par que Rafael.

Sin embargo aquí se presenta una ligera introducción a un personaje que aparecerá un par de veces más. Las partes en las que aparecen (...) es porque sucede lo que sabemos de la historia y no vi el caso de repetirlo.

Me alegra que les esté gustando, quizá mañana suba la segunda parte.

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Es tarde, demasiado tarde ya, el vuelo del chico debería haber aterrizado hace al menos 3 horas, aun pasando por aduana, su equipaje y cualquier otra formalidad, ya deberían haber llegado. Si bien es cierto que la casa no esta precisamente cerca del centro y que hay que pasar un largo rato en carretera, pero definitivamente es demasiado tarde para que aún no lleguen.

Su tic nervioso estaba comenzando a aparecer cuando un mensaje llegó a su celular "Estoy cerca, abre la reja" fue todo lo que necesitó para calmar sus ansias, se levantó del sofá que incluso se había deformado por la cantidad de tiempo que estuvo sentado en el, tomó un control remoto que estaba en la mesita, salió fuera de la casa y levantando el brazo apretó uno de los botones, había tanto silencio que se escuchó perfectamente el rechinido de la reja eléctrica al abrirse, casi instantáneamente pudo ver las luces de un carro aproximándose, el paquete estaba llegando.

Un auto negro aparcó finalmente frente al pórtico, del asiento del conductor bajó un hombre joven de unos 25 años, bien parecido y vistiendo una chaqueta de piel negra que ajustaba su figuraba de forma elegante.

- Buenas noches Señor, lamento la demora, pero ya he traído su paquete.

- ¿Porqué tardaste tanto?

- Hubo un choque en la carretera, intenté mandar un mensaje, pero no había señal en esa zona, mis mas sinceras disculpas.

- Muy bien, ¿está listo?

- Sí Señor, activé el somnífero cuando estábamos saliendo a carretera, y cuando nos topamos con el accidente le di otra dosis, por si acaso.

- ¿Otra dosis completa? No despertará en horas.

- No Señor, supuse que querría comenzar cuanto antes, así que solo le administré la mitad.

- Perfecto, entonces empecemos.

- Sí Señor.

El mayor regresó a la casa y tomó algunos objetos que estaban sobre la mesa, cuando volvió se dirigió hacia el asiento donde tendría que estar el chico. Al abrir la puerta encontró su premio, un joven apuesto en sus 20's vestido formalmente, noqueado y con la cabeza recostada sobre el asiento, el conductor abrió la otra puerta y ayudo al mayor a enderezar al chico. Acto seguido entre ambos trabajaron un par de minutos para meter una prominente mordaza de color naranja en la boca del joven, dado que estaba inconsciente fue relativamente fácil pero necesitaron ambos pares de manos para conseguirlo, una vez asegurada con fuerza atrás de su cabeza procedieron a colocar las gruesas muñequeras y tobilleras de cuero, igualmente bien ajustadas pero evitando que cortaran la circulación. Cuando el mayor terminó de poner las tobilleras y se estaba levantando pudo observar como el chico comenzaba a tratar de abrir los ojos y emitir pequeños quejidos que fueron silenciados por la mordaza.

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