Capítulo 44 - Recuperando el tiempo

240 13 1
                                    

Hey mis Kinksters, abajo les dejo unas notitas, disculpen la demora pero creo que este capítulo los va a calentar un poco :3

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -


Y aquí estoy, una vez más, demostrando que no sirvo para nada, hice preocupar a mis hermanos, a mis amigos, y a mi Amo, ni si quiera puedo mantener las apariencias; lo intenté, en serio que lo intenté, con todas mis fuerzas empujé mis estúpidos sentimientos a lo más profundo de mi mente, traté de erradicarlos, pero creo que en el fondo siempre supe que no iba a ser posible, aunque no esperaba ese tipo de confesión del Amo, él lo dijo ¿cierto? Que le gustaría llegar a casarse conmigo.

Pero eso, no puede ser, es decir, soy un esclavo, una propiedad, en el mejor de los casos, un juguete o un sirviente, pero ¿un amante o una pareja? No, esto es imposible, debe haber alguna explicación, quizá, sí debe ser eso, no he estado tomando las pastillas correctamente, así que esto es un sueño, un puto sueño, mi último resquicio de mi antiguo yo tratando de hacerme creer que el Amo se interesa por mí, cuando yo se que todas estas salidas, cenas, comidas, paseos, no han sido más que para que el Amo tantee la situación antes de traer a su verdadera prometida.

Pero escúchame muy bien Rafael Olmedo, esta es tu ultima oportunidad, disfruta todo lo que puedas, ya intenté eliminarte ahora verdaderamente terminarás en el fondo, en el mismo lugar al que mandé a esas malditas voces, me encargaré de borrar todas estas estúpidas fantasías, y si para ello debo tomar pastillas de ahora en adelante, que así sea.

Dado que en realidad no había nada "mal" conmigo, sólo se necesitó una receta de calmantes para dejarme ir esa misma noche, aunque debo admitir que este ha sido el sueño más vívido que he tenido nunca; recibir los cariños físicos del Amo en el auto, el sentimiento de calidez al ser cuidado por el resto, la sensación del agua y el toque del Amo en mi cuerpo al ducharnos juntos, la suavidad de su cama y el calor que desprende al mantenerme abrazado como un peluche.

Pero aún si esto es un sueño, debo poner límites, o él terminará ganando la pelea, y eso es algo que inevitablemente compartimos, yo nunca me rindo tan fácil. Ahora sé que Sebas está dormido porque su respiración es más tranquila y su agarre es más flojo, aún estoy recostado sobre su brazo izquierdo pero el derecho ha menguado en su agarre, tomo suavemente su muñeca y lo retiro hasta liberarme un poco, me muevo lenta y sigilosamente, la casa está tan callada que incluso puedo escuchar los latidos de mi corazón.

Estoy cerca del borde de la cama, he pensado en arrojarme al suelo para evitar la tensión innecesaria del colchón, justo en ese momento siento que toma mi brazo con fuerza y me jala de nuevo hacia él. ¿Un acto reflejo quizá? Su respiración sigue siendo tranquila, y durante los primeros 2 minutos no dice nada, finalmente suspira mientras me acomoda entre sus brazos.

- ¿Tan mal compañero de cama soy?

- Lo siento Señor, no quería despertarlo.

- ¿Querías huir?

- No, no es eso, es sólo que yo...

Siento como me manipula torpemente hasta hacer quedar cara a cara, está oscuro pero puedo percibir que está nervioso, no me atrevo a sostenerle la mirada y me enfoco en cualquier otra cosa.

- Sé que esto será un proceso lento Rafael, estabas recuperándote cuando volvieron a lastimarte, y yo fui tan estúpido para no darme cuenta, aún cuando te tenía frente a mí.

Su voz está cargada de sentimientos, puedo notar que realmente se culpa por algo que fue completamente mi falta, sin querer levanto la mirada y me topo con sus ojos.

Ahora eres MíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora