Capítulo 13 - Otro punto de vista. Parte 3

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El Amo había iniciado su rutina regular cuando vio a Axel preparando el desayuno, lo que lo sobresaltó un poco, había olvidado que se había quedado a dormir.

- ¿Cómo es posible, que tú, que alguien con tu entrenamiento, se asuste por ver a alguien como yo?

- Que estás haciendo.

- El desayuno, ¿quieres?

- Claro que si.

Ambos se sentaron a la mesa, el Amo estaba vistiendo una playera holgada y unos pantalones cómodos, andaba sin zapatos y solo una calceta; Axel por el contrario estaba usando una camisa y jeans que le quedaban muy bien, demasiado, espera, desde cuando tengo ropa que le quede así de bien a este...

- ¿De donde sacaste eso? – preguntó el Amo tomando un sorbo de su café.

- Necesitaba ropa, no te molestes, prometo que la devolveré.

- Axel.

- No hagas una escena, tu chico sigue dormido, y después del martirio de ayer, sería mejor que lo dejes descansar un poco más.

- Quiero que devuelvas esa ropa, no es tuya.

- Ya te dije que después te la devolveré, mejor dime, que tiene planeado para hacerle hoy.

El Amo estaba jugando con su comida cuando preguntó:

- ¿En verdad no te molesta?

- ¿El qué?

- Hablar de el como si fuera, un objeto, una propiedad.

- Me vas a decir tu, precisamente tu, ¿que ahora estás pensando en ellos como personas?

- Yo no...

- Ese es el problema de los sentimientos.

- Rafael es diferente, a los otros...

- Si, lo era, ahora es tuyo, así que aclara tus ideas.

Es verdad, debo centrarme, no puedo evitar lo que siento, pero si quiero que esto tenga algún futuro, debo enfocarme, por mi, por el...

- Voy a entrenarlo, voy a someterlo, ya después veré en que termina esto. Pero te lo pregunto sinceramente, ¿en verdad no te molesta?

- Hmmm, hay quienes tienen más suerte que otros, y también están los que se lo merecen. Tu chico, tiene suerte.

- Bien, tengo que bajar a verlo, ¿hay algo que necesites?

- Regresar a la civilización.

- Pues tendrá que ser por la noche.

- Mmmm pediré que alguien me venga a recoger, si estás de acuerdo.

- Sólo no dejes que entre aquí.

- Te veo después, yo recojo, ve por tu cachorro.

El Amo dejó la habitación y se dirigió hacia el sótano, cuando bajó las escaleras vio a su presa durante algunos minutos, por fin, después de tantos años, estaba entrenando su propio juguete, iba a moldearlo para ser exactamente lo que el necesitaba, incluso si eso significaba no tener un esclavo en toda regla. Estaba viendo tan tranquilamente a su chico que recién se dio cuenta que aun tenia puestas las pinzas de las tetillas, maldijo internamente y se encaminó a quitarlas.

(...)

Hoy fue un día interesante, estoy casi seguro que el está listo, o es acaso, ¿que yo quiero que esté listo? No, estoy seguro que si mañana hago la prueba, el la pasará, esto es algo que el quería, ya no siento el miedo en su voz, es más parecido a la excitación y al deseo. Está decidido, mañana haré la prueba, el la pasará, y así podré comenzar oficialmente con su entrenamiento.

Ahora eres MíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora