Capítulo 18 - Proteína

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Las luces del cuarto estaban encendidas a baja potencia cuando Rafa abrió los ojos, sentía su cabeza ligeramente sudada y los dedos de sus manos entumecidos, aún tenia la mirada fija en la pared cuando notó que Axel ya no lo estaba abrazando, de hecho, ni siquiera seguía acostado, dio una vuelta sobre su cama y se topó con el joven doctor haciendo pequeños estiramientos en su habitación.

- Buenos días.

- Oh cachorro, no quería despertarte.

- ¿Qué hora es?

- Las 6:30 am.

- Será mejor que yo también me levante, ahora que tengo mayor libertad debo atender el plan original del Amo.

- ¿Y qué es lo que te pidió?

- Debo entrenar, aunque originalmente quería que entrenara mi forma de perro, aún así no creo que al Amo le guste un chico flacucho y débil, hace más de un mes que no trabajo mi cuerpo realmente. También se que debo atender las necesidades del Amo y limpiar la casa, aunque con estos guantes será complicado.

- Ven te los quito.

- Pero el Amo...

- No creo que se moleste cuando vea que por ti mismo has empezado a hacer lo que el necesita, y en cualquier caso yo asumiré la responsabilidad.

Rafael no estaba muy seguro, pero terminó levantando las patas para que Axel pudiera quitarle los guantes, una vez liberados, comenzó a mover sus dedos lentamente, escuchando las articulaciones crujir, un par de minutos después ya podía moverlos libremente.

- No recomiendo que hagas ejercicio aún, apenas ayer te quité el traje y tu cuerpo aún esta acomodándose, puedes hacer un poco de flexión para eliminar el entumecimiento, el resto del día puedes hacer algunos ejercicios suaves mientras te encargas del hogar, ¿te parece?

- Sí Doctor.

- El idiota todavía tardará un rato en levantarse, venga, haré el desayuno mientras tú limpias la estancia. Le digo así porque aún no te ha dicho su nombre, y me niego a decirle Amo, Señor o Maestro, eso solo lo hago cuando lo quiero molestar.

- Sí Axel.

Rafael comenzó por terminar de recoger los platos de la cena y lavarlos de paso, dejando todo listo para que Axel pudiera ponerse con ello, mientras el chico se enfoco en despejar el área de la sala y el comedor, guardando cosas que estaban fuera de lugar, Axel que estaba revisando las alacenas y el refrigerador se volteó hacia Rafa.

- ¿Tienes alguna alergia?

- Sí, al coco.

- Vale, ¿no necesitas el equipo de limpieza?

- Sería bueno, pero no se donde está.

- Es la puerta contigua a tu habitación.

Rafael ya había imaginado que ese cuarto sería algo como un almacén, y a pesar de dudarlo un poco no se sorprendió al ver que la puerta no estaba bloqueada. Dentro varias repisas adornaban cada una de las paredes, todas repletas de artículos de limpieza en cajas, botes y bolsas de diferentes tamaños y colores, mientras en el piso recostadas sobre las mismas paredes, pero debajo de las repisas había varias escobas, trapeadores y otros insumos. Rafa tomó algunos y cerró la puerta; tal como había decidido, empezó por la sala y luego el comedor, limpió a fondo sacando varias capas de polvo y suciedad, especialmente de los muebles donde habían varios libros, objetos coleccionables, películas y algunos artículos del mundo BDSM. Una vez terminado esperaba que Axel le permitiera seguir con la cocina.

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