Dos meses después, los hermanos cumplían 18 años, pero en esos momentos no lo estaban celebrando. Se encontraban sentados en el despacho de su abogado, con su tutor al lado. Había llegado el momento de leer una parte del testamento de sus padres que hasta que no tuvieran la edad adecuada no podrían saber.
Sentado al lado de su callado hermano, Tom le observaba preocupado. Llevaba esos meses comportándose de una manera muy extraña, siempre distraído e incluso diría que muy triste. Por más que le preguntaba, no lograba sacarle nada. Recordaba aquella mañana ya lejana que se despertó con él desnudo metido en su cama, lo mucho que se enfadó por nada...quiso pedirle perdón por su estúpido comportamiento, pero le dijo que lo olvidara, que las disculpas llegaban un poco tarde...
Desde entonces, su relación se enfrió. Se distanciaron, casi ni se hablaban y menos aún se miraban.
Ese día estaba más raro que nunca, sumido en sus pensamientos tras esas gafas oscuras que siempre llevaba, que le ocultaba sus apagados ojos tristes...una vez le pilló sin ellas y se le cayó el alma, estaba sufriendo pero no le contaba nada..
—Chicos—le saludó el abogado.
Se sentaron más rectos y esperaron a que abriera la carpeta que llevaba, dirigiendo una mirada a Gordon mientras él asentía.
—Tal vez lo deberías leer tú, eres el que mejor conocía a Simone y a Jörg, y quien está al cargo de los gemelos—le pidió el abogado tendiéndole un par de documentos.
Gordon asintió de nuevo y los cogió carraspeando.
—Llegado el 1 de septiembre de 2007 y habiendo cumplido la mayoría de edad...—comenzó a leer por encima—Podréis recibir parte de la herencia que os corresponde, el resto se encuentra invertida en unas acciones que están al nombre de los dos, si decidís venderlas solo será estando de acuerdo los dos...
—Véndelas—murmuró Bill casi sin mover los labios.
—¿Bill?—le llamó Tom sin entender.
—Necesito dinero—contestó en voz baja.
—Tenéis que estar los dos de acuerdo—señaló Gordon.
—Lo estamos—se apresuró a decir Tom.
Si necesitaba lo que fuera, dinero en ese caso, le ayudaría sin pedirle explicaciones....de momento....
—Bill, si tienes algún problema te puedo ayudar—se ofreció Gordon.
—Mi problema eres tú—saltó Bill sin que nadie se lo espera—Estoy harto de vivir en constante vigilancia, no poder respirar tranquilo sin sentir a alguien echándome el aliento en la nuca...
—Bill, si lo dices por Saki lo puse solo para vuestra protección, estando todo el tiempo con el grupo de viaje...
—Pues dile que se quedó sin trabajo, porque abandono el grupo—anunció poniéndose de pie.
—¡Bill! No lo puedes decir en serio—se levantó Tom a su vez.
—Lo estoy diciendo. Abandono el grupo, quiero que me ingreséis en mi cuenta mi parte de la herencia y los beneficios que me corresponden por estos años atados a un grupo que no me ha dado más que problemas.
Salió del despacho sin mirar a nadie... ¿cómo hacerlo, si las lágrimas le impedían hasta respirar?
Esa noche no estaba para celebrar nada, atrás quedó su cumpleaños, pensó respirando aliviado cuando escuchó que el reloj daba las 12 de la noche. A la reunión de esa mañana con sus abogados, le siguió otra peor en la discográfica esa misma tarde.
Procurando no mirar a sus compañeros de grupo y hermano, que le miraban a su vez esperando que les dijera que estaba bromeando, esperaba sentado en el despacho de David a que le echara una buena antes de darle la pasta que necesitaba.
Alzó la cabeza cuando escuchó el portazo que su productor daba al entrar en su despacho. Le observó a través de sus oscuras, sentarse en su mesa y mirarle con el ceño fruncido.
—¿Te lo has pensado mejor?—preguntó apretando los documentos que traía en sus manos.
Negó con la cabeza, ignorando el murmullo que provenía de sus compañeros de ex grupo.
—No me dejas otra salida, Bill—dijo David antes de comenzar a leer—El contrato que firmó vuestro tutor deja bien claro que los beneficios obtenidos por el grupo hasta que cumplierais la mayoría de edad, sería solo de la discográfica, retirando una parte para vosotros de la cual se pagaban vuestros caprichos, que en tu caso Bill han sido muchos. Toda esa ropa cara que te gusta lucir, no la íbamos a pagar nosotros, eso estaba claro...
—¿Me estás diciendo que no tengo nada?—preguntó Bill sin poder disimular su miedo.
—Algo te quedará si es que has ahorrado, lo que dudo mucho... y el apartamento es de la discográfica—dijo David sin disimular su sonrisa.
—Nos habéis engañado—intervino Tom enfadado.
—Así nos asegurábamos de nadie se cansara de jugar a ser famoso. Erais un grupo de niños cuando os contratamos, solo nos asegurábamos las espaldas. Ahora bien, si Bill ha recapacitado y no se quiere marchar...
—Me voy igual—dijo Bill levantándose—Estoy cansado de todo esto. Siempre me pareciste una rata asquerosa David, y no estaba equivocado...
—Tienes dos semanas para dejar el apartamento...los cuatro—explicó David antes de que saliera por el despacho—Si ya no hay grupo, se acabó el vivir por la cara. Buscaos la vida como podáis, ya me cansé de ser el canguro de un niño caprichoso...
Tom le fulminó con la mirada antes de echar a correr tras su hermano, parándole en la puerta del ascensor.
—¡Bill! Pero, ¿qué te pasa? ¿Para qué necesitas el dinero?—preguntó sin aliento.
—Es asunto mío Tom, no te metas—contestó Bill sin mirarle.
—Me meto porque eres mi hermano, lo único que tengo... ¿dónde vas a ir? ¿Qué vas a hacer?
—Tratar de vivir una vida normal, recuperar el tiempo que el grupo me robó...tratar de olvidar lo que pasó...
—¿Qué te ha pasado?—insistió Tom cogiéndole del brazo.
Le hizo girar y mirarle de frente. Levantó una mano y le quitó las gafas, viendo como tenía los ojos llenos de lágrimas.
—Bill...—le llamó en voz baja.
—Yo...no puedo, Tom—susurró recuperando sus gafas—Diles a los chicos que lo siento mucho, pero que el grupo terminó....y nuestra hermandad también...
—¿Qué?—gritó Tom sin poderse contener.
—Tom...no te quiero....no quiero volver a verte...—logró decir antes de romper a llorar.
Viendo que el ascensor tardaba en llegar, echó a correr por las escaleras, llevándose una mano a su firme vientre, el culpable de esa decisión que con tanto dolor había tomado...

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Tal vez
RomanceTal vez que su sueño se rompiera en mil pedazos fuera lo mejor que le podía haber pasado. En su momento solo lo vio como un gran problema que quiso que afrontar él solo, pero con el paso del tiempo vio que tal vez no estaba tan equivocado, que siemp...